La voz del baloncesto, la voz de Los Ángeles
❖ El baloncesto no se entiende sin sus jugadores y entrenadores, directivos y aficionados. Pero tampoco sin aquellos que dieron voz a los botes de la pelota, a los mates, a las canastas imposibles, a los pases mágicos… a aquellos periodistas que durante la década de los sesenta, setenta y gran parte de los ochenta coparon la Radio Televisión Pública Española (RTVE) para contarnos las hazañas de nuestros equipos y selecciones. Hablamos, claro, de Ramón Trecet y Pedro Barthe, reconocidos con el Hall of Fame por su labor como contribuidores, y del más grande de todos: Héctor Quiroga, que ayer ingresó en el Salón de la Fama de la FEB también en la categoría de contribuidor.
Nacido en A Coruña en 1933 de padres artistas, era un hijo de Galicia con el gracejo argentino de su madre Nélida que cumplió “el sueño de todo periodista deportivo”, como él mismo decía, con la narración de la inesperada y maravillosa plata de la Selección en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles de 1984 en los que España doblegó a la intratable Yugoslavia en las semifinales para caer con honor en la final ante la gran bestia, los Estados Unidos. El país norteamericano, entrenado por Bobby Knight, presentó al mundo a unos jóvenes Patrick Ewing, Sam Perkins, Chris Mullins… y Michael Jordan.
Quiroga tuvo la suerte de narrar las canastas de Corbalán, Epi... e introducir el baloncesto en el corazón de todos los españoles, que vieron en el deporte del aro una nueva forma de sentirse orgullosos, de disfrutar ante el bajón del fútbol en esa época. No fueron sus únicos Juegos. También participó en México 1968, Múnich 1972, Montreal 1976 y Moscú 1980.
Su labor con el