Scariolo vuelve a Madrid: “Mateo es una gran mente”
El italiano presenta el libro “Mi amor por el baloncesto”
Sergio Scariolo (Brescia, Italia, 1961) presentó ayer su nueva obra maestra, Mi amor por el baloncesto, un libro autobiográfico donde el italiano muestra su experiencia, su visión de la disciplina, su capacidad de liderazgo y de gestión de equipos llenos de grandes personalidades y egos. Pero, sobre todo, su obra es un viaje “entre lugares, momentos y, principalmente, personas”, explicó al periodista y colaborador del AS Santiago Segurola, que hizo de maestro de ceremonias de un libro coescrito con Paolo Frusca y editado por La Esfera de los Libros. “Personas que me han ayudado a recordar y volver a aprender. Ha sido un viaje divertido e instructivo”.
Scariolo explicó cómo ha aprendido mucho en cada lugar en el que ha entrenado y cómo ha sido la evolución del baloncesto español: “Cuando llegué había mucha calidad, pero el nivel competitivo era muy bajo. Ahora se piensa en ella y gran parte de la culpa es de los Júnior de Oro, que me enseñaron muchas cosas sin yo quererlo”. “Lo que más me influyó fue su capacidad para ser jugadores que se divierten fuera y dentro de la cancha y a la vez para convertirse en unos competidores feroces cuando estaban en juego las habichuelas. Pasaban de hombres a lobos y, ahí, yo podía exigirles, pedirles cualquier cosa. Iban a muerte”, continuó el actual entrenador de la Virtus Bolonia.
Su primera etapa en la Selección, de 2009 a 2012, no fue fácil. “Hubo un momento de auténtico rechazo. Cuando perdía era el italiano, cuando ganaba el seleccionador nacional. Me lo comí solito”, subrayó para recalcar que ganar el primer oro en el Eurobasket de 2009 acabó con una vieja obsesión que llenaba la mochila de España de plomo: “Si quitábamos eso, todo podía fluir”. Y cómo fluyo…: Scariolo suma ya cuatro oros y un bronce europeo, un oro mundial y una plata y un bronce olímpico. Nada mal.
Duelo. Y del libro a la actualidad: su Virtus Bolonia visita hoy al Madrid en la Euroliga. “Será un partido duro, contra el Madrid, en su casa, con su afición y con un puntito de urgencia. Tiene un equipazo, muy buenos jugadores”, aseguró para alabar a continuación a Chus Mateo, su antiguo ayudante y ahora rival en el banquillo blanco: “Es una persona muy equilibrada con una gran capacidad para desdramatizar. Es un gran profesional, trabajador, apasionado del juego… Ha aprendido de todos, pero tiene una identidad personal muy marcada. Es una gran mente para el baloncesto y una persona de muy buena calidad”.