Dilema con Isco ante un Rayo que llega eufórico
El malagueño, tocado y apercibido antes del derbi
J. A. ESPINA / LA PREVIA
La goleada europea ante el Copenhague, un 3-0 engañoso pero rotundo que le mete en la Europa League, alivió al Sevilla y dio a su desencantada afición el chute de una alegría que espera alargar esta tarde ante el Rayo Vallecano. Un Rayo reconocible y que no destila ni una cuarta parte de la inocencia que mostró el débil rival danés: los franjirrojos llegan pletóricos tras machacar al Cádiz y empatar nada menos que en el Metropolitano.
Aunque carbura mejor en casa, donde ha logrado tres de sus cuatro triunfos ligueros, a Iraola le va la marcha en grandes escenarios: además del punto en casa del Atlético le rascó otro al Barcelona en la primera jornada.
Clara señal de lo que Sampaoli se puede encontrar, un rival peleón y descarado.
Iraola mantiene básicamente su once tipo, aunque las bajas de Trejo y Pozo le obligan a improvisar en la mediapunta. Esa zona de creación, en el Sevilla, debería pertenecer esta tarde de nuevo a un guadianesco Isco Alarcón. El malagueño disipó las sospechas sobre su fichaje con buenos partidos al comienzo de su andadura en Nervión, pero tras la marcha de Lopetegui parecía más gris hasta que el martes volvió a la casilla de salida del crédito, con un zapatazo a la escuadra del Copenhague.
Segundos después de aquel gol, el primero que logra
como sevillista, Isco recibió una patada que le tiene entre algodones. Hoy se sabrá si Sampaoli prefiere no arriesgar porque, además, está apercibido de sanción. El cercano derbi ante el Betis pesa: el Sevilla quiere llegar fuera de descenso y sin posibilidades de que el eterno rival le arroje al abismo justo antes del Mundial.