Odisea del equipo verdiblanco para volver de Bulgaria
Guido y Pezzella regresan tocados
EI Betis regresó de Bulgaria con el primer puesto de su grupo de la Europa League asegurado, lo que le evita una eliminatoria en febrero, pero con la fatiga de una odisea de viaje de vuelta en el que todo lo que se le pudo complicar, lo hizo y con creces.
La expedición verdiblanca aterrizó en Sevilla pasadas las 15:30 de ayer, lo que supuso un retraso de casi cuatro horas sobre el horario previsto. Pero el regreso no era nada sencillo de por sí.
Los de Pellegrini jugaron ante el Ludogorets en Razgrad, ciudad que no dispone de aeropuerto, por lo que a la conclusión del partido se realizó un desplazamiento de casi dos horas en autobús hasta la ciudad de Varna. Allí se pernoctó el jueves y desde allí estaba previsto despegar a primera hora de la mañana. Sin embargo, la meteorología hizo de las suyas y una intensa niebla obligó a cerrar el espacio aéreo de la ciudad hasta que por fin se pudo despegar a las 11:30. Para colmo, el vuelo duró más de las cuatro horas estimadas por el viento. Toda una odisea que se notaba en las caras de una expedición que esta tarde tendrá que volar de nuevo, aunque a un destino mucho más cercano como San Sebastián para medirse mañana a la Real
Sociedad.
Retraso La plantilla aterriza en Sevilla cuatro horas más tarde de lo previsto
Tocados. Estos problemas juegan en contra de las intenciones de Pellegrini de intentar recuperar a los futbolistas que acabaron tocados en Bulgaria. A Joaquín prácticamente lo descartó el chileno para el partido de mañana por un problema en el sóleo. Guido, con un golpe en la cadera, y Pezzella, que se resintió en la previa del choque ante el Ludogorets de unas molestias musculares, son las principales dudas, mientras que William Carvalho sí está disponible tras su baja por paternidad.