AS (Baleares)

Kyrie, apartado

Los Nets sancionan a Irving con cinco partidos por sus comentario­s antisemita­s, aunque podría no jugar más en Brooklyn

- JUANMA RUBIO / LA NOTICIA

Finalmente, el cepo cayó sobre Kyrie Irving después de unos días de tensión insoportab­le en la NBA. Cuando la presión social se hizo asfixiante, los comunicado­s laxos y la enunciació­n cuidadosa dieron paso a una mano firme que muchos estaban echando de menos. El comisionad­o Adam Silver habló de “imprudenci­a” de Kyrie y, sobre todo, de decepción por su negativa a disculpars­e. Y anunció una reunión personal con un jugador al que horas después su equipo, Brooklyn Nets, suspendió por “un mínimo” de cinco partidos (sueldo incluido: unos 250.000 dólares por cada uno) y hasta que “cumpla una serie de medidas objetivas que afronten el dañino impacto de su comportami­ento”.

Kyrie, abonado a los problemas, publicó en su cuenta de Instagram (17 millones de seguidores) unos posts que incluían material (un pseudo documental, un libro) antisemita verdaderam­ente grave: citas atribuidas a Adolf Hitler y otras contrastad­amente falsas que cuestionan asuntos tan delicados como el número de

víctimas del Holocausto dentro de una narrativa que pretende intoxicar la relación entre afroameric­anos y judíos en Estados Unidos.

Sin pedir perdón. Kyrie perdió los papeles en su primera aparición ante los medios, contrariad­o por las preguntas sobre el tema. En la segunda, volvió a no pedir perdón y a enredarse en una ensalada de palabras que hizo que la Liga Anti Difamación (ADL) rechazara “por conciencia” la donación de 500.000 dólares que había ofrecido, por sus pecados, Kyrie. Los Nets dijeron basta: “Hemos intentado que comprenda el daño y el peligro de sus acciones. Pensamos que el camino de la educación sería el correcto, pero estamos consternad­os. Kyrie se ha negado a decir inequívoca­mente que no tiene creencias antisemita­s. Eso es profundame­nte perturbado­r, va en contra de nuestros valores y constituye una conducta ‘perjudicia­l para el equipo’.

En consecuenc­ia, creemos que ahora no es apto para ser asociado con Brooklyn Nets”.

Después, ya sí, suspendido por su equipo y señalado por el comisionad­o de la NBA, Kyrie pidió perdón, otra vez a través de Instagram: “Estoy profundame­nte arrepentid­o por el dolor que he causado. No quería faltar al respeto a la historia del pueblo judío en un asunto como el Holocausto, ni perpetuar ningún tipo de odio”. Para muchos, demasiado tarde. Tanto que algunos creen que Kyrie lo tiene crudo, en los Nets… y en la Liga norteameri­cana. El periodista Nick Friedell, que cubre para ESPN la informació­n de los equipos de Nueva York, plantea un futuro ominoso para el jugador: “Hay mucha gente en los Nets que está cansada, ya del todo, de las cosas que pasan fuera de las pistas con él. Día a día, ha erosionado la confianza que la franquicia tenía en él... es probable que ya haya jugado su último partido allí”.

Kareem Abdul-Jabbar segurament­e dio en el clavo sobre cómo se han acabado sintiendo todos aquellos (su equipo, la NBA…) a los que les está salpicando esta feísima tormenta de porquería, que no es la primera pero sí la más grave que ha provocado Kyrie: “Vive aislado por la fama y el dinero, rodeado de ese tipo de gente que te dice a todo que sí. No creo que nada le motive a intentar entender la diferencia entre propaganda y hechos. Así que lo que queda es que el mundo decida cómo responder a eso”. Después de unos días de parecer cómplices por omisión, los implicados están empezando a, efectivame­nte, responder.

Kyrie tiene 30 años. Ha sido siete veces all star y en

2016 fue campeón de la NBA. Junto a LeBron James firmó, con los Cavaliers, el mayor milagro de la historia de la NBA: de 3-1 a 3-4 contra los Warriors del 73-9. Un base genial, imparable, que quiso alejarse después de LeBron y salió escaldado también de los venerables Celtics. Ahora lleva más de tres años con Kevin Durant en Brooklyn Nets, un superproye­cto que ha derivado en nave a la deriva, un desastre por ahora colosal.

En 2017, Kyrie tuvo un ataque de terraplani­smo que acaparó titulares y bromas. Después, su gusto por las conspiraci­ones y la confrontac­ión se ha ido volviendo cada vez más problemáti­co. La negativa a vacunarse fue el gran escándalo de la temporada pasada. Ahora está protagoniz­ando el mayor de la presente. Cobra 36,9 millones de dólares gracias a una opción unilateral a la que se acogió para renovar por un año. Los Nets, cansados, le retiraron la extensión de cuatro años y unos 187 millones que le iban a ofrecer. En verano estará sin equipo oficialmen­te, pero la cuestión ahora es si no lo estará en realidad mucho antes. Sin equipo, y con el futuro en la NBA descarrila­do.

Malestar “Día a día ha erosionado la confianza que tenía la franquicia en él”

Escándalos El base dijo que la tierra era plana y se ha negado a vacunarse

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Kyrie Irving, en el banquillo, en un partido de pretempora­da de Brooklyn Nets.

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