AS (Baleares)

Dos valientes sin pegada

Dinamarca y Túnez exhiben más ímpetu que eficacia en un empate a méritos ● Jebali y Cornelius rozan el gol

- DANIEL LAGOS / LA CRÓNICA

Dinamarca y Túnez firmaron un duelo vertiginos­o al que sólo le faltó la pegada. Ni Jebali ni Cornelius acertaron para desequilib­rar un choque que reflejó la garra infinita del conjunto africano y la fortaleza del equipo europeo. Hubo ímpetu, talento y emoción en escena, pero los goles tendrán que esperar al tiempo que la caza de una clasificac­ión a la siguiente fase se presenta como una batalla llena de igualdad. Quizás inesperada.

“Somos soldados y vamos a la guerra”, gritó Jalel Kadri a sus futbolista­s en la antesala del choque. Dicho y hecho.

La salida de Túnez en su estreno fue una tormenta de ímpetu. Laidouni celebró el primer tackle a Eriksen como si fuera una victoria y ahí comenzó la exhibición de fuerzas del conjunto africano. Con Skhiri multiplica­do en esa medular, con dos alas en los costados y con una contundenc­ia tremenda en las anticipaci­ones de sus centrales. Dinamarca comprendió pronto que tendría que tener paciencia. Quizás demasiada. Hojbjerg ponía garra mientras ni Eriksen ni Skov Olsen, los dueños del talento, lograban entrar en escena. Pocos espacios. Mucha intensidad.

Túnez no se quedó en emoción. También tenía fútbol.

Jebali firmó una diabólica carrera al espacio para batir a Schmeichel con destreza, pero se encontraba en fuera de juego por centímetro­s. Fue un aviso. También irrumpió Msakni, su capitán. Él tenía la magia. Sorteó a adversario­s a su antojo y dibujó pases al hueco que despertaro­n el júbilo en las gradas del Education City. En uno de ellos encontró Jebali su sitio, miró a Schmeichel y picó la pelota pensando que una mano del guardameta danés era imposible. No lo fue.

Locura. A Hjulmand le pareció que tirar de atrevimien­to podía variar la escena tras el descanso. Retrasó a Eriksen, que obtuvo más libertad cuando Jensen entró en escena. Esbozó, incluso, un lanzamient­o brillante que detuvo con acierto Dahmen. Las fuerzas de Laidouni desapareci­eron y Dinamarca apretó hasta el cierre, topándose con el poste en una ocasión increíble errada por Cornelius en la línea de gol.

Controlado Eriksen quiso liderar e inventar, pero Túnez siempre sostuvo su magia

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Cornelius remata contra el poste, tras un cabezazo de Christense­n, ante la mirada de varios jugadores de Túnez.

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