Djokovic dice
El serbio bate a Fritz y espera en semifinales al temible Sinner
No había hecho tanto calor como ayer en ninguna jornada del presente Open de Australia. Los termómetros marcaban 31 grados bajo el sol cuando Novak Djokovic salió a la Rod Laver Arena, sobre las 16:40 locales, para enfrentarse a Taylor Fritz en un horario que no le agrada. “No es ningún secreto que me gusta el horario de las siete aquí”, dijo tras ganar a Mannarino. El serbio sufrió más de la cuenta con el clima, pero se las arregló para ganar (7-6 (3), 4-6, 6-2 y 6-3 en 3h45, acumulando 15h09 en cinco partidos, más que nunca en el torneo) y mantener su racha de 33 victorias en el evento (la mayor en Era Open), donde no pierde desde que le sorprendió el surcoreano Hyeon Chung en los octavos de final de 2018.
El viernes se enfrentará en semifinales al italiano Jannik Sinner, que venció con autoridad (6-4, 7-6 (5) y 6-3 en 2h39) en un choque que terminó a las 01:22, hora local, al ruso Andrey Rublev. El transalpino, que ganó a Nole en el último enfrentamiento entre ambos (Copa Davis 2023), sigue sin perder un solo set en el torneo y es la gran amenaza a un Djokovic que sigue engordando sus registros.
El de Belgrado alcanza la penúltima ronda del Grand Slam oceánico por undécima vez e iguala el registro del australiano Jack Crawford. Y también extiende su récord en majors, con 48 presencias. Aunque esta vez tuvo que pasarlo un poco mal para lograrlo.
“He sufrido mucho en los dos primeros sets. Fritz estaba sirviendo bien, con un tenis de mucha calidad. Me resultaba complicado encontrar los tiempos en los intercambios. El calor apretaba. Quiero felicitar a Taylor por su actuación en el torneo”, dijo el número uno del mundo, que tuvo problemas para convertir las muchas oportunidades de break que tuvo en los dos primeros sets. Hasta 15 desaprovechó antes de acertar con la 16ª, ya en la tercera manga. Antes, el estadounidense tuvo dos oportunidades al resto para hacerse con la primera manga. Un paso por vestuarios, la puesta de sol y una bebida que llegó, aunque tardó en hacerlo, de su box (con el que tuvo un gran enfado por ello), despertaron a una bestia que va a por más.