Trece Rúe del Percebe en un Barça perdido
La esquizofrenia se ha apoderado ya del Barcelona, una entidad perdida a todos los niveles donde se vive como en la buhardilla de Trece Rúe del Percebe, donde los acreedores se acumulaban ante la puerta del vivales que se inventaba cada media hora una excusa para tirar patada adelante y superar su tensa situación. El club es una trituradora ante la que dos de sus mitos recientes, Koeman y Xavi, han sido incapaces de sobrevivir en un tiempo en el que se ha despedido también al mejor jugador de su historia mientras otros como Guardiola o
Luis Enrique también tomaron las de Villadiego hartos de un proyecto desnortado. Eso, por no hablar de la fuga de ejecutivos y de directores deportivos que han vivido al albur de una estructura definida por su presidente como “de empresa familiar” cuando debería ser un transatlántico empresarial.
La salida de Xavi es una decisión más en esta espiral de sinsentidos que se ha vuelto a tomar a golpe de testosterona . No discuto que el técnico de Terrassa lo ha hecho pensando que es lo mejor para el club y que es honesto con su sentimiento barcelonista, pero como todo lo que pasa en este club, está poco meditado. Puede que Xavi piense que su anuncio tenga el efecto que tuvo la misma decisión que comunicó Luis Enrique antes de jugar ante el PSG. Pero mucho me temo que esta vez no saldrá bien. De hecho, esa vez tampoco salió bien a medio plazo. Se remontó la eliminatoria para caer dos semanas después ante la Juventus. Ahora, el horizonte es mucho más sombrío.
Xavi cree que ha hecho un favor al club, pero se ha abierto una caja de Pandora con muchísimas incógnitas. Hay que ver como reaccionan los jugadores, como se sobrevive a cuatro meses de apuestas y quinielas respecto al nuevo entrenador y como se liquida el contrato. Y todo esto, mientras Laporta no dice ni pío después de ser el presidente que despidió a Koeman, agotó a Xavi y perdió a Messi. Trece Rúe del Percebe.