Hugo es de oro
El mallorquín, no conforme con la plata en 100 espalda, arrasa en los 200 ● Aspirante firme en los Juegos ● Y hoy nadará el 50
Doha va a estar muy bien para saber a qué nivel me encuentro en piscina larga en febrero”, confiaba Hugo González a AS antes de emprender, con una modestia que ni él imaginaba, la que iba a ser probablemente la aventura de su vida. Unos Mundiales acuáticos que le están situando entre lo más granado del panorama acuático universal. Porque, no conforme con la maravillosa plata obtenida el pasado martes en los 100 metros espalda, el mallorquín mostró sus colmillos afilados, su hambre, ambición, las ganas que tiene de comerse no sólo el mundo sino también los Juegos Olímpicos de este próximo verano. Y se colgó, ayer al filo de las seis de la tarde, hora española, las ocho en el Aspire Dome de Doha, un oro de descomunales dimensiones para la natación de España. Sus ojos vidriosos en el podio son los del deporte que le admira.
Marcó sus ritmos, contemporizó, casi cuándo y cómo quiso Hugo durante todo el recorrido de la final de los 200 metros espalda. Porque había empezado dominando el suizo Roman Mityukov. Pero al español le gusta ir de menos a más, controlando, dosificándose, para asestar el zarpazo final. En sexta posición pasaba por los primeros 50 (27.20), segundo igualado con el estadounidense Jack Aikins marchaba a mitad de carrera (56.22), tercero cuando sólo quedaba una piscina por recorrer (1:26.32) y estratosférico, con un tiempo de 28.98 en el último largo, volaba en esos metros finales para colgarse el oro por delante del helvético, al que aventajó en una décima exacta, y del sudafricano Pieter Coetze. 1:55.30. Su mejor marca de siempre. Nada que ver con las semifinales, un segundo más lento y eso que tan sólo Aikins mejoraba su marca. Y ni que decir tiene que con unas series en que cumplió con su obligación de pasar ronda, decimocuarto con 1:59.00, dosificándose al máximo, un día después de haber dejado pasar conscientemente la oportunidad de los 200 estilos. Quién lo iba a decir.
Ya clasificado para los Juegos en este doble hectómetro desde los pasados Mundiales de Fukuoka (séptimo había sido el pasado julio en Japón), como también en los 200 estilos, y en los 100 desde su mágica plata del martes, sobre el papel Hugo rubricará su actuación en este campeonato con la participación a partir de esta mañana en las serires de 50 espalda. Y, en función de cómo evolucione en esa prueba cuya final se disputa mañana por la tarde, también concurrirá horas antes al relevo 4x100 estilos masculino.
Tras Mireia y Zubero.
Sea como fuere, en lo que ya se ha convertido Hugo González es en el segundo español que consigue dos medallas en pruebas de espalda en unos mismos Mundiales. El primero fue Martín López Zubero, que lo logró en dos ocasiones: oro en 200 y bronce en 100 espada en Perth 1991, y oro en 100 y plata en 200 espalda en Roma 1994.
También es el mallorquín, criado en Rivas-Vaciamadrid y residente en California, el primero que consigue dos metales mundialistas para España desde los tres de Mireia Belmonte en Budapest 2017. De hecho, Hugo entra en un club de los oros que tan sólo conformaban la badalonesa, el de Jacksonville y Nina Zhivanevskaya. Tremendísimo.