Luka, nuestro héroe
El regreso de Sergio Ramos al Bernabéu tuvo como protagonista a un gran amigo del camero: Luka Modric. El croata decidió parte de esta Liga con un golazo en la recta final. Luka es el MVP.
Balón de Oro. Era un partido totalmente atascado por esa amurallada defensa del Sevilla, liderada por un Sergio Ramos que en el día de su regreso quiso demostrar que todavía le queda cuerda para rato. El duelo estaba enfangado por las discutidas decisiones arbitrales, hasta que Díaz de Mera se lesionó y tranquilizó a una grada que estaba furibunda por sus intervenciones, que parecían querer alimentar otro vídeo de Realmadrid TV. El genio de Zadar llevaba sólo siete minutos en el campo y los más pesimistas ya se imaginaban al Barça a seis puntos y a los culés crecidos hablando de una remontada histórica. Pero para hablar de remontadas primero hay que pedirle permiso a Luka Modric. Un futbolista diferencial, un maestro sin fecha de caducidad, un jugador que fue, es y siempre será Leyenda. Pero que nadie vuelva a decirme que a sus casi 39 años (los cumplirá en septiembre) es hora de agradecerle los servicios prestados y de abrirle la puerta de salida. Si de mí dependiera, Luka renovaba mañana mismo hasta 2025. El talento no caduca, su calidad es como el aceite de oliva virgen extra, siempre excelso, su ilusión sigue siendo la de un juvenil y, lo más importante, Modric sigue siendo decisivo para ganar partidos y decidir títulos. La 14 se alimentó con un pase majestuoso a Rodrygo ante el Chelsea y esta Liga 36, que cada vez está más cerca, será recordada por esta obra de arte que nos regaló en el minuto 81. Su control orientado fue bestial y culminó la gesta con un derechazo que tumbó a Nyland con un balón pegado al palo. Imparable. El Bernabéu estalló de júbilo. Un gol liberador y reivindicativo. Un gol que justifica las emociones incomparables que genera el fútbol. Hoy saludé a gente llegada desde Jordania y Guatemala. Esa gente habrá visto justificado el dineral pagado por venir a ver a su Madrid gracias a Modric. MVP. No te vayas nunca. Luka, te queremos.
Ojo a este Madrid. Ancelotti puede estar orgulloso de dirigir a una tropa donde nadie se pide chupetines, donde todos piden salir al frente de batalla sea con las armas que sean. Aquí no hay excusas, no hay dolor. Con este triunfo épico ante el Sevilla, el Madrid acumula 30 victorias en los 37 partidos jugados, marcha líder en Liga con ocho puntos de ventaja al Barcelona y 13 al Atleti del Cholo (el Girona sabremos este lunes a cuánto queda). Los blancos han ganado los siete partidos que han jugado en la presente Champions, sin fallo, y han levantado la Supercopa de España tras meterle una manita al Atleti y cuatro al equipo del dimisionario Xavi. Todo eso a pesar de tener tres cruzados, haber sufrido 32 lesiones durante el curso y haber jugado ante los hispalenses con siete cracks de baja (Courtois, Carvajal, Militao, Alaba, Camavinga, Bellingham y Joselu). Este equipo puede con todo. No tiene techo. Como dijo Quique Sánchez Flores en la víspera, “el Madrid es un equipo superadmirable”. Amén. La vida sigue siendo blanca y bella.
Homenaje a Ramos. Fue prudente y cariñoso antes del match, con la megafonía deteniéndose al nombrarle como el último titular del once del Sevilla. Ovación sincera y afectuosa. Pero cuando empezó el partido se acabaron los fastos. Es lógico. El Madrid se jugaba la Liga y el Sevilla no caer en las garras del descenso. Es normal que con tanto en juego no nos pusiéramos en plan lacrimógeno. No era el día. No tocaba. Ramos siempre será una leyenda blanca y fijo que volverá cuando deje el fútbol. Esta es su casa.
Topuria. El hispano-georgiano vio cumplido su sueño de hacer el saque de honor en el Bernabéu. Otro madridista ilustre como Rafa Nadal, Carlitos Alcaraz, Fernando Alonso, Carlos Sainz (senior y junior)... Los campeones se identifican con el Madrid. El ADN de ser el mejor.