Sébastien y Moritz, el españolismo no tiene fronteras
Han ido de Bélgica y Alemania, respectivamente, a Apeldoorn
El Espanyol con más vocación internacional de la historia, no solo por su ilusión de volver a competiciones europeas sino por su propietario chino, cuenta ya en su despegue con adeptos más allá de las fronteras. Se ha demostrado durante la estadía del primer equipo en Holanda, desde el lunes hasta hoy.
El ejemplo más palpable es el de Sébastien Lormans, un jovencísimo seguidor perico quien ayer junto a su padre asistió al encuentro contra el Excelsior de Rotterdam y que también estuvo esta semana en uno de los entrenamientos, en Apeldoorn, fotografiándose uno a uno con todos los jugadores y con Quique Sánchez Flores. La pecularidad de Sébastian y de Erwin, su progenitor, es que ni siquiera son de Holanda, sino de Bélgica. Concretamente, del municipio de Turnhout, situado a unos 200 kilómetros del que ha sido cuartel general perico esta semana. ¿Y de dónde nace la afición? “Tenemos unos amigos en Reus, que precisamente son de la peña que el Espanyol tiene allí, y nos inculcaron esa pasión. Enseguida nos dimos cuenta de que lo fácil en Barcelona y Cataluña es ser de otro equipo, pero ser perico es mejor”.
El otro trotamundos es Moritz Sohrobback, quien procedente de Berlín (Alemania) estuvo haciendo guardia a las puertas del hotel de concentración para pedir autógrafos a jugadores y técnicos, como Tommy N’Kono, con quien se quedó maravillado. A todos los conocía y portaba fotos de ellos en su carpeta. El Espanyol, en efecto, ya traspasa fronteras. Y esto no ha hecho más que empezar.
Rotundos “Pronto supimos que ser perico no es lo más fácil, pero sí lo mejor”