¿Y Freud, qué opina de esto?

Si paramos el vídeo del partido en el 89’, vemos una curiosa coincidencia con las elecciones gallegas. Tenia pinta de parecerse a los resultados del PP, ese “hacemos todo mal, pero ganamos”. Los mas prudentes ya hubiesen firmado el empate del PSOE, ese “virgencita, que me quede como estoy”, para evitar el sorpasso. Pero la Marea celtiña nos dio un revolcón y nos dejó ahogados en dudas, como a Ciudadanos. Y ahora, por todo remedio, vamos a contratar a un psicólogo, aunque mejor seria contratar a 17.000 y cambiar las butacas del estadio por divanes y así podríamos explicar como desde nuestra mas tierna infancia perica nos robaban el bocadillo en el colegio, nos dejaban las novias y perdíamos todos los trenes en el último minuto.

Ahora bien, si le damos al play, en el 90’, vemos que un perro viejo, Rossi, se sitúa a la espalda de un central que no es central, David López. Que un lateral izquierdo que no es lateral izquierdo, Víctor, rompe el fuera de juego al igual que Duarte, un chico que no esta bien pero sigue jugando mientras sus suplentes calientan banco y grada. Entonces, ¿para que queremos al psicólogo? ¿Para presionar al que dio el pase en largo? ¿Para meter las que falló Leo? ¿Para enviarlo a China y que no se depriman? No me queda claro...