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Borja Valero “El fútbol era diversión hasta que llegué al Madrid”

- LA GAZZETTA DELLO SPORT

En una entrevista muy íntima en ‘La Gazzetta dello Sport’ con Borja Valero, el mediocampi­sta de la Fiorentina habló de la política en España e Italia y reconoció que su época en la cantera del Real Madrid fue una etapa dura.

¿Cree en la otra vida Borja Valero?

—No creo en otra vida. Para mí no hay nada tras la muerte, sé que no volveré a ver a mi madre. Esa esperanza me hace estar peor, pero hay que ser coherentes. Mi mujer, Rocío, opina como yo, y así vamos a educar a nuestros hijos. De todas formas, aunque no puede escucharme, hablo con mi mamá Sagrario cada día. Sé que me equivoqué con ella en algunos momentos, pero lo hice para crecer y volvería a repetirlo. Su muerte, hace tres años, me cambió. Ahí entendí que cosas como el dinero no cuentan de verdad. Desde entonces, soy una persona distinta.

—¿Por amor usted falló mucho, o el amor le salvó la vida?

—La segunda, por supuesto. Debo darle las gracias a mi mujer, me aconsejó mucho, por ejemplo, alejarme de cierta gente, y el tiempo le dio la razón.

—Pasando a la política, Italia y España sufrieron dictaduras, pero en el Bel Paese, entre los jóvenes, hay algún nostálgico.

—También en España hay partidos que se inspiran en Franco, hay poca memoria, no se estudia lo suficiente y no se recuerdan las cosas atroces que pasaron. Yo, en cambio, recuerdo los relatos de mi abuelo Paulino, que luchó por la República, fue prisionero y torturado, y mi madre también sufrió mucho.

—¿Por qué pasa esto?

—Quizás la gente se esté cansando, después de muchos años, de democracia. Basta con pensar en el Brexit, ahora todos quieren huir de la Unión Europea, pero esta confusión no ayuda a nadie.

—Ahora es moda la comunicaci­ón ‘muscular’: sólo hace falta ver lo que pasó con Trump.

—Su victoria para mí fue un choque, pero estaba claro que mucha gente quería un cambio.

—Italia y España, por razones distintas, conocieron las Brigate Rosse y a ETA. ¿Qué opina de la violencia?

—No nos lleva a ningún sitio, prefiero el diálogo. En España, Podemos está volviendo a llevar algo de izquierda en la política. Se esperaba un éxito mayor, pero algo se mueve.

—¿Qué opina de la política italiana en la actualidad? Sabemos que le gusta Renzi...

—Lo conocí, aunque me sorprendió que pudo ser Primer ministro sin haber sido elegido por el pueblo. Vuestra política es complicada.

—¿De chico quiso alguna vez cambiar el mundo?

—No, estaba demasiado ocupado. Esas ganas me vinieron con el tiempo. El fútbol era una diversión hasta que llegué al Madrid, con 11 años. Fui afortunado, durante mi formación viví con más de 300 chicos y el 85% no llegó a ser futbolista profesiona­l. Gente que sacrificó su adolescenc­ia para nada. Los descartes se iban con su mochila, de un día para otro, y me decía que yo también podía acabar así. Era un estrés porque no dependía sólo del campo, sino también de la opinión de los entrenador­es. Era como un Factor X, sólo que no había la audiencia que te podía salvar. Vi muchas lágrimas.

—¿Se siente culpable alguna vez por su bienestar económico-social?

—Sí, claro. Soy un privilegia­do, puedo darles a mis hijos la mejor educación. Pero, como dice Iniesta, los héroes son los que salvan vidas. Nosotros solo hacemos divertir a la gente.

—Dijo que se debería dejar de hacer mitológica la figura de los futbolista­s.

—Es difícil. Cada chico quiere tener esa profesión. Los más famosos deberían dar valores distintos a los más jóvenes.

—¿Les pesa la fama de ser superficia­les?

—A mí, mucho. Hay gente entre nosotros que sólo piensa en coches y en dinero, pero no somos todos así. Yo también, por un tiempo, pensaba mucho en el dinero, porque mi familia no era rica. Pero las cosas cambian.

—Para ganar dinero se intenta llegar al éxito como sea. En España, por ejemplo, los controles anti-dopaje son menos estrictos.

—No sé por qué, los riesgos están en todas partes, pero en el fútbol nunca tuve malas sensacione­s en este sentido, aunque no podría jurarlo.

—¿Cuáles son las diferencia­s entre el fútbol inglés, español e italiano?

—Los hinchas ingleses son maravillos­os. En el West Bromwich, cuando descendimo­s, al final del último partido nos obligaron a dar la vuelta al campo para aplaudirno­s. En España nunca hubiera pasado. Se necesitarí­a una mezcla: en España el fútbol es más elegante, en Italia más táctico.

—Parece tener una gran relación con Florencia y que el último tren de su carrera haya pasado este verano, con el interés del Roma.

—No sé si fue verdad, no quise escucharlo. Tuve la suerte de poder elegir.

—¿Ganar le sigue interesand­o?

—Es difícil ganar a equipos más ricos, siempre quiero probarlo. Empezando con el Nápoles: va a ser complicado, tiene a campeones como Callejón y Mertens.

—¿El Scudetto ya es de la Juventus?

—Siempre gana y compró los dos mejores futbolista­s de Nápoles y Roma, aunque espero que el campeonato sea igualado.

—¿Italia puede jugarse el primer puesto con España en las clasificac­iones para el Mundial?

—Por supuesto, el fútbol no es matemático. En un partido todo puede pasar, lo vimos en la Eurocopa.

—¿Hay jugadores azzurri que pudieran jugar con la Roja?

—-Buffon, Barzagli y Bonucci tendrían sitio... Y Verratti: me vuelve loco.

—¿Se parece a usted?

—-Ojalá yo fuera como él. Es más instintivo, tiene el estilo de Iniesta y Silva.

—De uno a cien, ¿cuánto fue desafortun­ado en vivir esta época del fútbol español que le cerró las puertas de la Selección?

—Cien como jugador, pero fui feliz cien como hincha porque lo ganamos todo. Jugar en el extranjero en un club que no es de primer plano igual me perjudicó, pero estoy contento así.

Cantera “En mi formación fui afortunado. Era como un ‘Factor X’, vi muchas lágrimas”

Comparació­n “Buffon, Barzagli, Bonucci o Verratti podrían jugar con España”

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