El mejor fichaje es la ambición

La irrupción de Chen Yansheng ha dado un vuelco a la historia de un Espanyol a la deriva en el que, por cierto, cada vez queda más claro el ingrato papel que le tocó en suerte a Joan Collet, bombero en un bosque en llamas. El nuevo propietario ha salvado al club, así de sencillo, y por eso 2016 ha sido su año. Pero Chen no es el Tió, sino un empresario de éxito (no todo el mundo aparece en Forbes) que algún día querrá ver un retorno a su multimillonaria inversión. Y, por eso, si a corto plazo el españolismo le debe la bonanza económica de la entidad, igual o más importante es que acabe de inculcar uno de sus principios más valiosos: la ambición. Una palabra olvidada durante años y que parecía haber renacido hasta que, el pasado jueves, el equipo cayó en la Copa ante un Segunda como el Alcorcón.

Sólo la ambición puede llevar al éxito. El propio Chen la demostró calificando con un 6, un bien raspado, su primer año de gestión: el mensaje es que siempre se puede mejorar y mucho. O Quique, cuando en momentos de altas pulsaciones, como tras el 0-0 en el Calderón, dijo que aún quedaba mucho para ver el Espanyol que él quiere. Ni siquiera una semana horribilis entre el derbi y la Copa, en que parece que se nos rompió el amor de tanto usarlo, debe apartarlos de ese camino. La ambición nos lleva a desearles una Feliz Navidad y un 2017 top para el Espanyol.