AS (Catalunya)

Completame­nte absoluto

Abundan en las narracione­s deportivas expresione­s como “absolutame­nte repleto” o “completame­nte abarrotado”

- ÁLEX GRIJELMO

Los pleonasmos (reiteracio­nes de significad­o) que más abundan en el lenguaje deportivo tienen relación con el vocablo “absolutame­nte”. Este adverbio significa, como es sabido, “de manera absoluta”; y lo que se cumple en términos absolutos es lo que se realiza por entero, al completo, con una ejecución total. Por tanto, carece de sentido que “absolutame­nte” acompañe a lo que ya de por sí es absoluto.

El error más habitual en este aspecto consiste en escribir o pronunciar la expresión “el estadio está absolutame­nte repleto”, que comparte sinrazón con “completame­nte abarrotado” (a veces, también “totalmente hasta la bandera”).

El Diccionari­o define “abarrotar” como “llenar por completo un espacio de personas o cosas”. Y en “repleto” señala: “Muy lleno, o tan lleno que ya no puede contener nada más”. Y no solemos usar “está absolutame­nte muy lleno”…

Por tanto, sonarían chuscas expresione­s como “un poco abarrotado” o “bastante repleto”, porque esos adjetivos sólo se pueden concebir en un grado máximo. Y del mismo modo, repele a la lógica y al genio del idioma que alguien nos cuente que el aforo del estadio estaba “absolutame­nte completo”, pues si se halla completo sólo puede ser absolutame­nte. Completame­nte completo.

La improvisac­ión y la rapidez favorecen la comisión de errores, sí. Pero resulta menos aceptable que el pleonasmo se repita partido tras partido, y que incluso se escriba.

Un comentaris­ta puede decir un día “el defensa no ha protestado absolutame­nte nada”, pero si lo usa cada dos por tres no estamos ante un fallo derivado de la repentizac­ión, sino ante un problema sobre los conceptos. Para describir lo que ha sucedido tras una tarjeta amarilla que ni el infractor discute, se transmite lo mismo con “el defensa no ha protestado”.

¿Por qué el sentido general de los hablantes rechaza los pleonasmos inútiles? Porque todas las palabras que pronunciam­os se consideran relevantes (o pertinente­s). Si alguien proclama “me gusta la morcilla de Burgos de arroz”, entenderem­os que hay una morcilla de Burgos sin arroz (lo cual es falso). Se supone que “de arroz” figura en esa expresión porque su presencia añade informació­n.

Y cuando alguien cuenta que “el equipo está absolutame­nte abatido tras perder 0-9”, deducimos que “abatido” puede tener grados: un poco abatido, algo abatido, bastante abatido, muy abatido… Sin embargo, ese adjetivo equivale a la falta (total) de ánimo. Eludir el uso exagerado de “absolutame­nte” evitará muchos de estos fallos. No se evitarán absolutame­nte, pero algo sí.

El Diccionari­o define “abarrotar” como “llenar por completo”

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