Una experiencia religiosa: ‘El blues del autobús’

Experiencia religiosa. Hoy hemos pasado la noche en un autobús, recorriendo los casi 600 kilómetros que separan

Jujuy de Tupiza, ya en Bolivia. Salimos a las 12 de la noche y hemos llegado a las 7 de la mañana tras recorrer todo tipo de carreteras e incluso caminos de cabras en un armatoste de dos pisos. La verdad es que ha resultado menos dramático de lo esperado, porque los asientos eran de primera clase. Posiblemente hayamos descansado más que en los

unifamiliares, nuestras queridas tiendas. Hemos pasado de 1.200 metros sobre el nivel del mar a 2.800. La verdad es que no afecta excesivamente la altura.

Tras aposentarnos en campamentos ubicados en circuitos (Resistencia), hipódromos

(Tucumán) y recintos feriales (Jujuy), hoy estamos en un auténtico campamento Dakar. En medio de un desierto en el altiplano, con el polvo adentrándose en los más recónditos rincones de equipajes, ordenadores y cuerpo, y sin cobertura de internet móvil. La organización ha desplazado varios camiones con 25.000 litros de agua cada uno para abastecer cada campamento. En total, 300.000 litros para luchar contra la sequía que afecta a Bolivia, sobre todo a la zona sur de La Paz. El problema es que es fría, y la ducha ha sido una todo un shock.