Un punto tiznado de carbón

Los primeros partidos del año siempre son poco concluyentes, pero es una constatación que el Espanyol mantiene su gráfico en línea recta, sin crecer desde hace jornadas...

► El bucle perico. Ni el Día de Reyes pudo acabar con la condena que tiene el Espanyol en el primer partido del año. Siguen los pericos sin ganar desde que lo consiguieran, precisamente ante el Deportivo, en 2008, en una ronda copera que tanto añoran ahora los hinchas después de la eliminación tan prematura como dolorosa ante el Alcorcón. Y, como si se hubiera detenido en el tiempo, se quedó el conjunto de Quique atrapado en aquel bucle: Borges marcó de córner como había hecho Álvaro Giménez en Copa y al Espanyol le fue imposible alcanzar la victoria gracias a su juego, una asignatura que sigue en suspenso, quizás la que más cuesta arriba se le hace a los jugadores.

► Teoría sin práctica. Y eso que el cuerpo técnico había utilizado este parón para ponerle remedio. Si en la primera semana Quique insistió en el juego directo, como alternativa a las dificultades para progresar con el balón controlado, estos últimos días pidieron a cámaras y fotógrafos que no filmaran un ejercicio en el que trabajaban para poner freno al juego aéreo del Deportivo, que ha logrado marcar diez goles (con el de ayer) a balón parado en lo que va de campeonato.

► Tostón de Reyes. La analogía con el día de ayer, tan especial para los más pequeños, es una obligación. El encuentro no pasará a la historia, y en ocasiones el partido se dibujaba desde el temor que desde la osadía, virtud escasa hoy en día en un fútbol tan esquemático. Fruto de esas cuerdas que ataban a ambos equipos, los goles solo pudieron llegar gracias a regalos. Hernán Pérez se disfrazó de Gaspar (no el del Barça, ese es con ‘t’) y facilitó el gol de Borges, mientras que Sidnei fue Baltasar y le regaló el gol a un acertado Gerard. El Espanyol volvió a demostrar ayer que vive mejor agazapado. Una tónica que ya perdura casi una vuelta.

► Contrastes. El partido deparó bastantes duelos interesantes, como el que dirimieron Albentosa y Piatti, un gigante de 1,93 metros ante el correcaminos perico, muy activo anoche, con su 1,63 que entró como un cuchillo en la defensa coruñesa. Más disperso estuvo Hernán, demasiado colérico en ataque y defensa, sin apenas incidencia ofensiva. Los laterales también tienen importancia para los extremos. Piatti se beneficia de las ayudas de Aarón, mientras que al paraguayo le penaliza más que Víctor Sánchez no es lateral puro. Aunque para pureza el abrazo final entre Borges y Duarte, dos viejos amigos y costarricenses, junto con Keylor Navas los ticos de la Liga.

► Síntoma Sevilla. La novedad en el equipo titular fue Sevilla, prácticamente ausente este curso, quien abandonará el club el 30 de junio, excelente profesional y compañero en el vestuario. Al almeriense se le vio agresivo, con buen toque en mediocampo y al mismo tono que el resto. Emerge el andaluz y cae Marc Roca, a quien Quique le pide que esté menos angustiado.

► Lecturas. Los primeros partidos del año siempre son poco concluyentes, pero es una constatación que el Espanyol mantiene su gráfico en línea recta, sin crecer desde hace jornadas. Sigue siendo el conjunto de Quique una amalgama de virtudes y defectos, con jugadores que entran y salen, a la espera de saber qué quiere ser de mayor.