Aspirina no, la Bayer al completo

Pretendía el Espanyol ahondar en la crisis del Valencia y acabó por cavar en Mestalla algo más que el bache con que se presentaba. Un auténtico socavón que propicia que, en términos generales, la fe de la afición perica en el proyecto se tambalee por primera vez como una aspirina efervescente al entrar en contacto con el agua. Porque eso fue de nuevo, igual que históricamente, el conjunto perico: una aspirina que alivia e incluso cura el dolor de cabeza de cualquier rival. Aunque, vista la primera parte, el Espanyol no se limitó a administrar una pastilla, sino que fue la fábrica de la Bayer (sí, la Bayer, para colmo) al completo.

Se puede afirmar oficialmente que esos fueron los peores 45 minutos desde que Quique llegó el banquillo. Peores incluso que ante el Eibar, cuando se fueron al vestuario cayendo por 0-3. Ni las bajas ni el gafe habitual en Mestalla sirven de excusa cuando el planteamiento es erróneo: el Espanyol no supo bucear en la zozobra del Valencia ni de inicio, cuando reculó en demasía en lugar de apretar al menos diez minutos para jugar con el pavor escénico, ni siquiera tras recortar distancias en el minuto 85, ya que no se entregó decidido a por el empate. Entretanto, a Quique esta vez no le surtió efecto su apuesta por Salva Sevilla, que cometió un error párvulo en el 1-0, ni por Álvaro. Una derrota que resucita al Valencia y, lo peor, que devuelve al Espanyol a la mediocridad de antaño.