Nadal convence con un drive a tope de voltaje
Trituró a Mayer con 39 winners ● Mañana se mide a Baghdatis
Arrollador 27 de sus 39 golpes ganadores salieron desde su efectivo drive
Futuro rival Baghdatis se benefició de la retirada de Youzhny por un golpe de calor
“Rafa está de vuelta”, rezaba una pancarta en el Rod Laver Arena.Y Nadal confirmó las buenas sensaciones con un debut cómodo en el Open de Australia frente a Mayer: 6-3, 6-4 y 6-4, con 39 golpes ganadores y 27 de ellos con un drive que vuelve a brillar.
Rafa Nadal no espera. Rafa Nadal no especula. Rafa Nadal tiene prisa. “Rafa is back” (“Rafa está de vuelta”), rezaba una pancarta de un fan en el Rod Laver Arena, una caldera donde coció al fuego de Melbourne (36 grados de un calor seco) al alemán Florian Mayer, al que derrotó por 6-3, 6-4 y 6-4 en 2 horas y 4 minutos en su debut en el primer grande del año. El español, que estuvo dos meses y medio parado para recuperar su muñeca izquierda (con la que golpea el drive al ser zurdo), no pasa de cuartos en un grande desde Roland Garros 2014 y ha trabajado bien para saltar de una vez esa frontera. Dejó constancia.
Se vio ante el alemán, de 33 años y número 49º del mundo. Un jugador poco ortodoxo, un tanto imprevisible. Carlos Moyá (la sociedad se estrenaba en esta primera ronda) insiste a Nadal en los entrenamientos de Australia en que arriesgue, en que abra pista con ese drive que vuelve a funcionar. Y quedó retratado por la estadística: acabó con 39 golpes ganadores por 21 errores no forzados. 27 de esos winners salieron despedidos desde su drive. Un golpe que vuelve a lucir profundidad y peso. Quedó patente, por ejemplo, en el banana-shot, ese drive paralelo con copyright y curva endiablada, con el que Nadal logró el break (5-4) en el segundo parcial.
Debut. El Moyá del “¡Hasta luego, Lucas!” (frase que tomó prestada a Chiquito de la Calzada en la entrega de trofeos de la final de 1997, veinte años ya) debutó en el palco de los Nadal. Y vio cómo Rafa estuvo sólido con el servicio y no dejó que Mayer le atacara cuando sacaba con el segundo (83% de ganados), algo que le lastró el curso pasado. No cedió ninguna bola de break y él se procuró oportunidades en todos los sets para lograr una rotura en cada uno. Cerró el partido con otro drive paralelo. Su sello.
Buen comienzo para Nadal, que vio como por su lado del cuadro Milos Raonic, posible rival en cuartos, derrotaba en 92 minutos a Dustin Brown (6-3, 6-4 y 6-2) y cómo el NextGen Alexander Zverev (destinado a la tercera ronda) se desgastaba en una batalla a cinco sets (6-2, 3-6, 5-7, 6-3 y 6-2) con Robin Haase. Su rival en el segundo choque será mañana el chipriota Marcos Baghdatis (36º), con el que mantiene un 8-1 en el cara a cara y que se vio beneficiado por la retirada de Mikhail Youzhny por un golpe de calor con 6-3 y 3-0. Segunda oportunidad para comprobar si el drive de Nadal vuelve a ser su lucky-punch en el circuito.