Thompkins congela Kaunas con tres triples
Lanzó al Madrid en el último cuarto ● Carroll rompió su mala racha
El Madrid descuajaringó al Zalgiris en el inicio del último cuarto con un parcial de 0-14 que abrió Thompkins con tres triples seguidos. Los de Laso solo encajaron una canasta en juego en los últimos diez minutos para firmar su quinta victoria en nueve salidas.
En esta Euroliga no hay pez chico, si acaso tiburones menos grandes. Y eso es el Zalgiris, un buen equipo con un magnífico pabellón capaz de darle un bocado a cualquiera. Aunque tampoco pudo hincarle esta vez el diente a un Madrid que se le atraganta de continuo: siete victorias blancas en las últimas ocho visitas a Kaunas. Los de Laso no deslumbraron, pero sí ofrecieron su versión más seria como colectivo para vencer fuera de casa. La asignatura más difícil en Europa, donde solo se consiguen un 34% de éxitos a domicilio. El balance del Real es ahora positivo: cinco triunfos en nueve salidas. Solo el CSKA y el Olympiacos superan también ese listón. Nadie más.
El Madrid firmó un partido responsable sin aportación anotadora de los bajitos salvo de Carroll, que rompió su racha negativa y no falló un triple: 3 de 3. Los exteriores sumaron apenas 29 tantos por 45 de los pívots.
Protagonismo para el Hunter más incisivo y también para un Thompkins que congeló Kaunas. Derramó las ilusiones que el Zalgiris y sus 13.000 seguidos habían levantado en un buen tercer cuarto. Y lo hizo con tres triples consecutivos, en menos de tres minutos, para espolear el parcial que resquebrajó el duelo. Añádanle algún robo por buena colocación. Un 0-14 al que dieron continuidad un mate de Hunter y una diana de Carroll. Del empate a 53 al 53-67 del minuto 34. Doncic iba entonces a los mandos mientras Llull lo veía desde el banco tras intentar forzar la máquina al final del tercer periodo. En la primera parte, más sosegado, había repartido siete de sus ocho asistencias.
Bien Hunter y bien Ayón. Hicieron daño en ataque aunque cedieron el rebote al Zalgiris, donde la actividad de Lima y la sobriedad de Jankunas fue el único pilar que le quedó en pie a Jasikevicius. Ni Westermann ni Pangos aparecieron. Tampoco Motum. El Madrid elevó su intensidad y solo encajó una canasta en juego en el último cuarto. Descuajaringó ahí al rival. Gran labor atrás de Rudy, al que le cuesta ver aro. A cero se quedaron Randolph y Taylor. Reyes celebró su partido 1.100 en la élite sin ruido pero con nueces. Cuarto triunfo seguido del Real en plena persecución del CSKA.