La afición estará hoy con el equipo

Conozco al Bernabéu desde hace casi medio siglo (fui allí por primera vez en noviembre de 1973). Afición exigente. En ocasiones demasiado. Pero siempre tuvo un sexto sentido. Cuando el equipo realmente la necesitaba, ha acudido a su rescate. Claro que habrá gente que esta noche acuda al estadio con la mosca detrás de la oreja tras la eliminación copera y la derrota liguera sufrida en el Pizjuán. Y algunos de ellos irán con mucho recelo ante lo que puedan hacer Danilo y

Benzema tras sus estrepitosos suspensos de Balaídos. Pero hoy no toca echar fuego amigo al equipo que todavía puede cerrar una grandiosa temporada. El madridismo debe saber que hoy es uno de los partidos clave de lo que resta de curso. Derrotando a la Real, un señor equipo, se aliviarán las tensiones y retomaremos el pulso por la Liga. Y a la vuelta de la esquina está el Nápoles (15-F). Lo mejor está por llegar...

Incomodar al equipo de

Zidane pitando a los señalados de Vigo sólo daría armas al enemigo. No sólo al equipo de Eusebio, sino también al Barça y al Sevilla, que disfrutan viendo cómo la magia de la racha de 40 partidos parece haberse extraviado como si nunca hubiera existido. Y claro que existió. El Madrid viene de ganar Champions, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes. Y ha sido brillante Campeón de Invierno. También logró Cristiano el Balón de Oro y el The Best.

Tirar todo ese patrimonio por una mala semana sería poco inteligente. El sector más crítico de la afición debería enfriar hoy su instinto fiscalizador. Las notas, a final de curso. Esta noche toca gritar “¡Hala Madrid!”.