Reparto de bostezos y de puntos en el Nou Estadi
Solo hubo cuatro tiros a puerta, uno de ellos con peligro
Nàstic y Huesca no merecieron más que un punto. Cuatro lanzamientos a puerta, dos por equipo, fue lo máximo que lograron ambos conjuntos en una tarde soporífera y exenta de fútbol y emoción. Sorprende porque el conjunto grana es colista y no le sirve nada que no sea sumar de tres en tres. El Huesca se marchó de Tarragona contento por un punto nada sufrido y que les permite seguir mirando con algo de distancia el descenso.
Juan Merino quería que su equipo fuera protagonista en casa y el Huesca le dejó serlo. Los oscenses presentaron pocas ganas, por no decir ninguna, de controlar el balón y copiaron el 3-5-2 que alineó el técnico grana. El control de balón fue grana, pero si a ello no le pones las ocasiones la gente se enfría y eso fue lo que sucedió con una grada del Nou Estadi que tan solo se levantó para gritar un par de ‘uy’ de Juan Muñiz y algunas intervenciones aisladas de un
Emaná que se empeñó en bajar a la medular para tocar el balón, pero al que le faltaron apoyos. Eso sí, en lo táctico el Nàstic estuvo inmaculado. En global, primera parte sin historia y tal fue así que en el electrónico del Nou Estadi no se había llegado todavía al 45’ y el colegiado ya había pitado el descanso para acabar con el tedio.
En la segunda mitad, Merino dio entrada a Álex López y a Delgado y esto supuso que Emaná retrasara su posición y se incrustara entre Luismi y Cordero, algo que él necesitaba y que el Nàstic notó porque mejoró en fluidez. Eso sí, fue un espejismo porque el empuje tan solo duró unos minutos. Se saldó con cero tiros a puerta pero sentó las bases de lo que debía ser el final del partido. Pero ni aún así. Solo hubo un tiro a puerta en estos segundo 45 minutos y fue de Vinícius en el 92’. Paró Reina. Por fin se le pudo ver bajo el foco, igual que a un Herrera que solo se le vio en la primera mitad de un partido carente de inspiración.
Susto Vinicius, en el 92’, fue el que más cerca estuvo de lograr un gol