Segunda temporada sin discusiones

■ Italia ya vive su segunda temporada con el ojo de halcón: siete cámaras de alta definición para cada portería. Se trata de una tecnología que costó tres millones de euros para su arranque y cuyo mantenimiento asciende a un millón por temporada, cantidad que pagan entre todos los clubes. Bendito dinero, teniendo en cuenta las numerosas discusiones que se producían antes con los goles fantasmas. Por ejemplo, el de Muntari en el partido que enfrentó al Milán y a la Juventus en 2012, decisivo para el Scudetto. La goal-line technology debe intervenir en casi todas las jornadas. Sin ir más lejos, el pasado domingo durante el Fiorentina-Genoa. Pero esta nueva tecnología a veces también genera polémica. En el partido Sampdoria-Genoa, disputado en octubre, un cortocircuito hizo vibrar el reloj del árbitro en el minuto 40, tras un cabezazo de Silvestre que golpeó el travesaño. Era la señal del gol, pero estaba claro que el esférico no había entrado. El partido continuó, perdonándosele el error al ojo de halcón. El Calcio sigue conservando los árbitros de área, cuyo coste (800.000 euros al año) no es tan rentable como las cámaras. En la Copa italiana, de hecho, se prefirió ahorrar: ya no se utilizan.

Mantenimiento El millón de euros al año lo pagan entre todos los clubes