Una reválida para perder el anonimato
Puntuar ante los dos colosos de la Liga, Real Madrid y Barcelona, es una tarea ardua, ello es innegable. Pero la actuación del sábado fue decepcionante. Lo fue desde el punto de vista del resultado, puesto que una derrota nunca es algo a celebrar o a considerar como positivo, y también lo fue, sobre todo, desde el punto de vista de la imagen del equipo. Un planteamiento ultraconservador que estaba prácticamente abocado al fracaso inmediato. Pretender puntuar en tierras madrileñas basando tu estrategia en mantener la portería a cero es algo realmente osado. El equipo del sábado pareció aquellos equipos que han deambulado por el Bernabéu en los últimos 20 años y que, salvo contadísimas excepciones, siempre han salido derrotados. Un equipo timorato, apocado, incapaz de plantear una mínima oposición ofensiva a un Real Madrid en pleno proceso de rotaciones. . Una imagen poco halagüeña y que más allá del numérico 2-0 del marcador nos dejó una profunda sensación de desazón y de tristeza.
Por suerte, la Liga no se detiene y presenta nuevos envites, ante rivales como Osasuna, Celta, Villarreal, Las Palmas y Eibar, la mayoría de ellos en plena lucha con nosotros en la zona clasificatoria, que nos pueden servir de reválida ante una nueva oportunidad perdida para demostrar aquello que tanto demandamos, un mínimo de ambición. Abandonar de una vez por todas esa imagen de equipo triste en los envites importantes y demostrar que estamos llamados a algo más que el mero anonimato de la mitad clasificatoria de casi cada temporada.