El Nàstic se aprovecha de los errores vallisoletanos
Perone y Barreiro no perdonan y castigan a los locales
Aeste Valladolid le salen muy caros los errores que comete en defensa. No mereció la derrota, pero ya van 13, y el equipo de Herrera sigue sin arrancar cuando ya acabamos el mes de marzo. El Nàstic, por su parte, hizo su partido y se encontró con un premio, quizás, excesivo, pero logrado en buena lid. Los dos equipos salieron con tres centrales. Los locales carecieron de la precisión necesaria para medir a sus extremos con los centrales visitantes. De ahí que la única ocasión pucelana en la primera media hora fuera un disparo desde lejos de Jose. También los visitantes pudieron marcar en el remate de Perone que Míchel sacó debajo de los palos. Ángel respondió, pero no acertó en el disparo tras un pase atrás de Villar que despejó Reina. Entonces Eiriz Mata se inventó una falta. Tejera la puso, ninguno de los defensores locales fue capaz de despejar y Becerra tampoco atrapó el balón, que le llegó a Perone y el central rojillo, que pasaba por allí, marcó. Ver para creer. Al Valladolid le dio un ataque de prisa. Villar remató dos veces en tres minutos antes del descanso: primero cabeceó fuera por poco y después se revolvió, tras recibir un pase de Ángel, y disparó, robando la posibilidad a Jordán que llegaba solo.
En la segunda parte, el Valladolid salió con fuerza. Tuvo sus mejores 20 minutos, apretó, llegó a la línea de fondo y forzó un penalti de Molina a Villar cuando éste iba a cabecear. El 7 marcaba y los de Herrera creían en la remontada. Se intuía cerca. Los de Merino se resguardaban. Míchel disparó arriba una falta, mientras que Jose, Drazic y Villar no acertaban en el último remate. Apretaban los pucelanos, pero entonces su rodaje pinchó. Rafa pidió el cambio y el técnico en vez de sustituirlo por otro central metió a De Tomás. Hubo una serie de desajustes defensivos y el Nàstic lo aprovechó. Primero Madinda llegó franco para rematar, pero disparó fuera, como antesala del gol definitivo. Villar pasó atrás sin precisión, no llegó Guitián, pero sí Barreiro, que encaró a Becerra y le batió con facilidad. El Valladolid se resistió, pero ni Jose, ni Drazic, ni De Tomás pudieron evitar la derrota..