Chuli y Molina hacen creer en un buen Getafe
El Lugo empezó bien. Roja a Caballero en el 64’
EI fútbol es capaz de meter emociones en una lavadora y de allí sale el ánimo desteñido o la moral brillante. A los quince minutos de partido en el Coliseum, el Lugo se veía peleando el ascenso y el Getafe ahogado en su depresión. Un rato después, quedó claro que los gallegos no están hechos para tan grandes batallas y los azulones habían recuperado la fe. La grada del Coliseum se pegó una alegría necesaria y merecida. Aún falta algo más de fútbol, pero hay calidad y experiencia para saber que este equipo disputará el ascenso.
Los entrenadores dan mil vueltas a cada movimiento y a veces un cambio circunstancial da la vuelta a todo. Álvaro Jiménez y Chuli, desaparecidos en medio del dominio del Lugo, permutaron las bandas. Un par de minutos después ambos generaron y ejecutaron el primer gol azulón. Desde entonces ya no recuperaron su posición inicial y el Getafe, temeroso hasta entonces, pasó a dueño de su campo y su partido. Antes del descanso ya había podido sentenciar, pero Álvaro Portillo no estuvo fino en la finalización de la mejor jugada colectiva del día en el Coliseum.
Hace tiempo que para que el Getade tenga un partido tranquilo necesita un empujón externo. Esta vez lo proporcionó la torpeza de dos futbolistas lucenses. Pablo Caballero, que se autoexpulsó en una guerrilla con Molinero, más canchero que él, y Manu, que le entregó a Chuli el 2-0 que éste regaló generosamente a Jorge Molina. Siempre Molina. Una bendición para este equipo, que marcó, bregó, tiró al palo y ejerce de nueve noventa minutos a la jornada. Si hay alguien imprescindible es él.