AS (Catalunya)

Eloy Azorín “Me impresionó más estar cerca de Zidane que de Clint Eastwood”

- G. POSE A. MÉRIDA LA ENTREVISTA

Parece un adolescent­e a pesar de haber cumplido los 40. Risueño y desconfiad­o, a Eloy Azorín le gusta jugar al equívoco hasta en el fútbol y muestra en Las Estaciones de Juan a un madridista radical que mira complacien­te al Manzanares.

¿Viene de entrenar? —Sí, hago CrossFit con un amigo que es entrenador y me pone las pilas. También hago un poco de yoga. Eso sí que es mortal. —¿Ah sí?

—Todos los que piensen que estás tumbado en silencio y relajado, les animo a que se ponga a hacer yoga y que vean lo que es sufrir de verdad. Hago yoga con un grupo de mujeres y cuando llevo cuatro minutos de estiramien­tos y posiciones, me quiero morir. —Se pone en forma para afrontar el reto de una obra de teatro muy exigente como la de Tennesse Williams. —Acabo de cumplir 40 y después de pasarme muchos pueblos, necesito estar bastante a punto para lo que me toca ahora. Mi personaje en “La gata sobre el tejado de cinc”es un futbolista americano, recién retirado y adicto al alcohol. Se acaba de romper el tobillo y anda traumatiza­do por la muerte de un amigo. —Hacer de Paul Newman es una gran responsabi­lidad.

—Me acuerdo que en Avilés, se me acercaron dos señoras y me dijeron “esperamos que nos hagas olvidar a Paul Newman”. Luego estaba yo en el escenario y pensé: “No va a ser posible. Compararme con Paul Newman no tiene sentido”. Me vine abajo, claro. Lo que sí he hecho es comparar al protagonis­ta con Cristiano Ronaldo, por muchas cosas. Un triunfador social que tiene dinero, pero que luego internamen­te tiene cosas que no termina por resolver. —¿A qué se refiere?

—A que tiene que ser muy complicado ser el número uno de forma permanente y luchar por no defraudar a los suyos. Entiendo que él debe tener sus contradicc­iones emocionale­s. Se le cuestiona y seguro que él también se cuestiona a sí mismo y vive en permanente reafirmaci­ón. —El protagonis­ta de la obra, tiene una pulsión homosexual no resuelta. —Bueno, no pensará usted que iba por ahí. Ya sabe que no hay futbolista­s homosexual­es. Eso es un hecho, ¿verdad? Todos son metrosexua­les. —¿Cómo cambio su carrera después de trabajar en una película premiada con Oscar como “Todo sobre mi madre” ? —Bueno, cuando Pedro Almodóvar coge a alguien para sus películas, la gente tiene la sensación de que uno es bueno. El mundillo me miraba de otra manera y en los castings no tenía que llegar con esa sensación del “nadie me conoce”. Simplement­e la película me dio a conocer y me lo puso un poco más fácil. —¿Cómo fue la llegada de un desconocid­o a Pedro Almodóvar? —Fue un casting. Siempre he tenido que currármelo y ganarlo en castings. Hice tres pruebas, la última con Pedro y Cecilia Roth que era la que hacía de mi madre. Los tres solos. En aquella época me ponía tan nervioso que muchas veces antes de las pruebas tenía que ir al baño. Me atacaba mucho, pero la prueba fue bastante bien y me cogieron. —Ir a los Oscar debió ser una gran experienci­a.

—Claro, cuando fuimos a la gala de los Oscars, conocí a muchos actores americanos famosos. Me acuerdo que en el grupo en el que íbamos iban Clint Eastwood y Samuel L. Jackson. Pero le digo una cosa: nada que ver como encontrars­e con un futbolista como Zidane. Eso sí que me pone nervioso. Me acuerdo en la época de los galácticos que un día en una tienda de mi barrio en Arturo Soria estaba Zidane comprando chicles y le aseguro que me cagué de emoción. Me pareció mucho más alto que yo y me puse muy nervioso. No pude ni acercarme. —¿Le impresionó más estar cerca de Zidane que de Clint Eastwood? —Me impresionó más sí. Con Zidane pasa como con algunos actores, que cuando aparece se hace el silencio a su alrededor. Zidane es muy grande y yo soy muy futbolero y muy mitómano. —¿Es muy nervioso viendo los partidos del Madrid?

—No se lo puede usted imaginar. Suelo avisar a la gente que viene a mi casa que soy muy chillón y le grito incluso a la tele. Hubo un partido en que me fui de mi propia casa y les dejé a todos allí. Soy un aprendiz de Roncero viendo fútbol. He tenido épocas muy raras y momentos en los que me he enfadado seriamente. —¿Con el Madrid?

—Sobre todo conmigo, porque cuando el Madrid empataba o perdía o el Barça ganaba, yo perdía los papeles y me enfadaba. Hubo un rodaje en el que había muchos culés y yo me calentaba con exceso. Me enfadaba de verdad. Cambie de registro la noche que Ramos lanzó un penalti a las nubes contra el Bayern. Me emborraché mucho y decidí que a partir de entonces iba a vivir los partidos con otra energía. —Hablando de Ramos, ¿Le parece normal esa dependenci­a que tiene el Madrid este año a la épica y los goles de última hora? —A veces sucede y pasa. Creo que lo que ocurre es que se han equiparado este año mucho los equipos. A pesar de la diferencia de presupuest­os entre unos y otros, creo que hay muy buenos entrenador­es y muy buenos futbolista­s y no hay tanta distancia. Y entonces muchas veces hay que pelear el triunfo de cualquier manera. Y si es con épica mejor. —¿Cómo puede funcionar mejor el Madrid?

—El Madrid funciona cuando los jugadores le ponen mucha energía a los partidos y salen con muchas ganas. Esa guinda

Real Madrid “No soy muy fan de la BBC, prefiero a Modric e Isco, que son los que me divierten”

Como aficionado “Suelo avisar que soy muy chillón, le gritó hasta a la tele”

Galácticos “Se me pone la piel de gallina. Disfruté mucho de ese Madrid”

la ponen jugadores como Casemiro o Modric. También soy bastante fan de Morata aunque el pobrecito este año no tiene muchas oportunida­des. —¿Por qué Zidane no le trata igual que a Benzema?

—No sé lo que tiene Zidane en la cabeza, pero lo que está claro es que los dos son franceses y que desde el principio Zidane apostó por Benzema. Deben tener una relación bastante estrecha. Supongo que debe pasar como en las pandillas que te llevas especialme­nte bien con alguien y hay un código especial entre ellos. —¿No es usted incondicio­nal de la BBC?

—De ninguno de los tres. Me gustan más jugadores como Modric o como Isco, que son los que me divierten, los que se dejan la piel. No soy muy fan de estos tres delanteros. —¿La Liga está hecha para el Madrid?

—¡Que va! El Barça, me cago en la leche, se está dejando la vida. Lo que mejor ha podido hacer Luis Enrique ha sido decir que se va, porque se han revuelto los futbolista­s, están a un gran nivel y creo que está muy difícil la Liga. —¿Y la Champions con el Bayern?

—Va a ser muy jodido. No está nada fácil ni Liga ni Champions. Como espectador se agradece, un enfrentami­ento entre el Bayern y el Madrid siempre es algo grande. Hay además elementos que lo van a hacer más grande, como la despedida de Xabi Alonso del Bernabéu, la vuelta de Ancelotti y también la presencia de Robben. —¿Le gusta Zidane como entrenador?

—Sí, me parece que es bueno para el Madrid. Como también lo eran Ancelotti y Del Bosque. —¿Es mejor este Madrid que el de los Galácticos?

—Ver a Roberto Carlos con Zidane, con Figo, con Beckham me pone la piel de gallina. No he vuelto a tener las mismas sensacione­s que entonces. Disfruté mucho de ese Madrid. Cada uno tenía su espacio y era el mejor en su posición. —Es usted un madridista converso porque nos han contado que antes fue del Barcelona. —¡Eso no es verdad! Bueno, en honor a mi tío Javi fui del Barça durante unas horas. Tenía diez años, me compró el traje del Barcelona y me planté en el colegio así vestido. Primera y última vez. Me hice del Madrid en la época de la Quinta y luego ya me convertí en fan con el Madrid de Raúl, Zamorano y Amavisca. —Ahí empieza el relevo generacion­al. —Sí la Quinta fue desapareci­endo poco a poco. Y pasamos del Buitre a adorar a Raúl e Iker Casillas, las dos referencia­s más grandes que he tenido. Luego ya llegaron las grandes figuras. Me pongo nervioso solo de pensar en la llegada de los Galácticos. —Protagoniz­ó la serie “Locos por el fútbol”, ¿Cómo fue ponerse en la piel de un seguidor del Atleti? —Pues comprendí que a los aficionado­s no les hace ninguna gracia la condescend­encia de aquellos madridista­s que se dicen también seguidores del Atleti. Sin embargo a mí me gustaría tener la afición del Atlético en el Bernabéu. Sería un ideal. Envidio mucho esa afición. —Si hubiera una tercera final de Champions entre los dos, casi le veo más cerca del Atleti... —Le reconozco que, en la última, casi me vengo abajo en los penaltis. —Le van a acusar de madridista blandengue.

—Lo sé, pero tengo la sensación de que si los dos tuvieran el mismo presupuest­o iría siempre con el Madrid. Pero con esas diferencia­s tan notables, me sale la parte esta de ir con David en vez de con Goliat. —¿Sigue especialme­nte a algún jugador?

—A Iker Casillas le sigo bastante y me duele muchísimo que no esté en el Madrid. —¿Qué opina de Mourinho?

—Es un tipo al que desprecio por su actitud en general. Sé que hay jugadores que necesitan un estilo como el que tiene Mourinho, pero creo que un tipo como Vicente del Bosque es mucho mejor para un equipo. Pasa lo mismo con los directores. Hay algunos que son muy cañeros y que no siempre sacan lo mejor de sus actores. Sin embargo hay otros más tranquilos, más pausados, que te dejan hacer y te dan la confianza. —¿Quién sería el Mourinho en el cine?

—No puedo decirlo. Hay directores con los que me llevo muy bien, que los necesito, pero prefiero un perfil más suave, más como Ancelotti. —¿Y Simeone?

—Simeone es magia, sería ideal para la Selección y hasta para el Madrid. —¿Sueña con la sensación de meter un gol en el Bernabéu?

—¡A saco! Antes de quedarme dormido fantaseo con el fútbol y pienso en hacerle un caño a Roberto Carlos y meterle un gol a Iker. Y eso que son mis ídolos.

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