El Ferrari de Vettel por fin es de verdad
El alemán confundió a Mercedes y se impuso en Albert Park con Hamilton segundo y Bottas, tercero. Alonso abandonó tras luchar por los puntos hasta el final y buen octavo puesto logrado por Sainz
Mira la pantalla, da un salto hacia la derecha, y después se viene arriba, hace un corte de mangas y suelta la bravata. Vaffanc..., suelta desde lo más profundo de su ser, sin poder evitar la rabia. ¿Como podía ser? ¿Los Mercedes? ¿Esos coches alemanes sin alma? Y antes unos monoplazas de una bebida… No, no podía ser tanto tiempo. Este periodista italiano simboliza a toda la afición de Maranello que vuelve a vibrar con su Scuderia. Esta vez sí, aunque no lo pareciera, esta vez Ferrari era verdad. El momento del gesto del reportero en la sala de prensa es el que captó el destino del gran premio. Vettel salía líder por unos pocos metros sobre Verstappen y, sobre todo, sobre Hamilton.
Ahí estuvo la victoria, la primera del año, la número 225 del equipo que no ganaba desde
Singapur 2015 también con el tetracampeón del mundo. El Ferrari es un muy buen coche y cuando el alemán tiene el mejor monoplaza suele ser invencible. En Melbourne hizo ayer una gran carrera, salió segundo, se mantuvo tras Hamilton hasta la primera parada y después voló cuando el inglés cambió neumáticos, en las cinco vueltas en las que estuvo en pista tras la visita a boxes de Lewis.
El británico hizo vuelta rápida tras la parada, pero pronto se encontró con Verstappen. “Tienes el tiempo, pero debes adelantar a Max”, le decían por radio provocando la risa del genio negro. Y no, no lo hizo. Y ahí perdió parte de la carrera porque Vettel se puso líder y no cedió esa posición. Victoria y liderato para él y Ferrari. La última vez que Ferrari ganó en la primera carrera de Australia fue Raikkonen, ahora la nada, en 2007 y se proclamó campeón. La otra en Bahréin 2010 con Alonso...
Mientras todo eso pasaba por delante, en la parte donde viven los obreros un rey destronado luchaba para recuperar lo que un día fue su reino, le está costando demasiado a Fernando. El asturiano dijo en la previa que todo lo que no sean podios o victorias le dan igual. Pero... Alza el ojo derecho hacia arriba, en gesto de aviso. Le da igual, pero si tiene los puntos cerca los va a luchar, y lo hizo con Ocon detrás con el Force India. Frente a un motor Mercedes y casi cien caballos más que el Honda de Alonso estuvo más de veinte vueltas por detrás, a menos de un segundo. Y también
Hulkenberg con el Renault. Como si llevara un Renault azul mientras contiene al Ferrari de
Schumacher en San Marino 2005.
Suspiro de nostalgia. Pero a tres vueltas del final le pasaron con el McLaren averiado. Alonso hizo una de las grandes carreras de su vida con un coche tan pobre que su compañero marchaba penúltimo a un minuto. Casi logra un punto. Y encima tuvo que abandonar a tres vueltas del final con un problema en la suspensión. También puntuó, octavo, Carlos Sainz. Muy buena, pero fue adelantado por Checo Pérez y después tuvo que dejar pasar a Kvyat por estrategia, aunque después recuperó su posición. Le faltó una vuelta para ser séptimo. Y un salto de equipo para llegar a un podio que recuperó a Vettel para la victoria por delante de los dos pilotos de Mercedes, Hamilton y Bottas. Así empieza un Mundial, que será mejor que los anteriores.
Estrategia Vettel y Ferrari tomaron ventaja de un tapón de Verstappen a Hamilton