Marciniak, un ‘arrepentido’ que insultaba a árbitros
“Fui un futbolista loco”, confesó
Szymon Marciniak es mucho más que el árbitro que dirigió el demoledor 4-0 del PSG al Barça en París. Este colegiado polaco de 36 años tiene una curiosa historia detrás. Marciniak era futbolista semi-amateur.
Jugaba en el Wisla Plock, equipo de su ciudad natal. “Era mediocentro, un líder pero, para ser sincero, estaba un poco loco”.
Durante un partido, Marciniak fue expulsado. “No estaba de acuerdo con la decisión del árbitro y se lo hice saber con palabras irreproducibles... Le dije que era uno de los peores árbitros que había visto en mi vida. Él me contestó. De acuerdo. Si piensas que es un trabajo fácil, intenta hacerlo”.
Como si fuera
San Pablo, Marciniak se convirtió. Dos semanas después, ya se estaba preparando para ser árbitro. Al principio compatibilizó el aprendizaje con el fútbol, pero pronto fue ascendiendo hasta que llegó su golpe de suerte. El Centro de la UEFA para la Excelencia del Arbitraje (CORE) hizo una selección por varios países. Debía escoger un árbitro en Polonia y el elegido fue Marciniak. Allí se puso en manos del reputado excolegiado británico David Elleray (“la persona más importante de mi carrera”) y fue puliéndose hasta hoy. Marciniak debutó como árbitro en la Champions en un Juventus-Malmoe (2-0). En 28 partidos dirigidos en competición continental ha sacado 116 tarjetas (4,14 por partido) y expulsó a cinco jugadores. A la Juve le ha pitado
Su historia Pasó de jugador a árbitro y Elleray fue su mentor en el CORE de UEFA
otros dos partidos (1-0, derrota en Sevilla; 0-1, victoria en Lyon)
Años después, Marciniak se encontró con el colegiado que le había expulsado. Ahora son buenos amigos. Hasta le hizo de cuarto en un partido internacional Sub-21. Marciniak, más que un árbitro.