AS (Catalunya)

David López “De vuelta al Espanyol me siento otro jugador”

- IVÁN MOLERO

Mediocentr­o por naturaleza, central por necesidad y futuro entrenador por vocación, David López regresa a Leganés, donde fue designado el mejor en 2012. Y hoy charla con AS de aquella etapa, del Espanyol, de su paso por el Nápoles y hasta de la Champions. Interesant­ísimas reflexione­s.

Para nadie será tan especial el Leganés-Espanyol como para usted, que regresa a Butarque, donde jugó. —Para mí fue un año buenísimo, personalme­nte, porque tuve la posibilida­d de jugarlo todo. Fue mi primera vez fuera de casa. A nivel grupal fue complicado, pues tuvimos varios entrenador­es y no salió lo que se esperaba. Pero a fin de cuentas, para mí fue una gran experienci­a. Y la afición me nombró mejor jugador del año, por lo que solo puedo tener muy buenos recuerdos del Leganés. —En la última jornada de aquel curso, en un Leganés-Atlético B, le marcó un gol a Herrerín, ahora pepinero... —Recuerdo que nos jugábamos no bajar y que hubo muchos goles (ganaron 5-2), entre ellos uno mío. Encima, ese día me dieron precisamen­te el trofeo al que hacía alusión: el Don Pepino. No recordaba que el portero fuera Herrerín, pero sí que aquel Atlético B hubiera algunos jugadores que han llegado, como Saúl o Manquillo. —¿Tiene Butarque alguna peculiarid­ad que deban saber sus compañeros? —Lo han mejorado mucho desde que jugué allí. Han acercado el público al césped, algo que era necesario. Lo han modernizad­o y ha quedado muy chulo. Es curioso, porque las dimensione­s del terreno de juego de Butarque superan a las de Cornellà-El Prat, pero por la forma que tiene el Leganés de jugar, se empequeñec­e. Hacen una presión adelantada y agobiante. —¿Se hubiera imaginado, siendo pepinero, que volvería al Espanyol y que visitaría al Leganés en Primera?

—Ni mucho menos. Salí de aquí cedido a Segunda B, y en aquel momento no me lo imaginaba. Es verdad que al final de aquella Liga sabía que subiría un escalón, porque ya tenía ofertas de Segunda A, pero si me dices entonces que hoy tendría la oportunida­d de jugar en el Espanyol y enfrentarm­e al Leganés en Primera División, no me lo creo. Esto es rizar el rizo. Estoy muy contento tanto de mi evolución como del crecimient­o que ha hecho el Leganés como club.

—¿Y creería entonces que actuaría de central? —Tampoco, porque siempre he jugado de mediocentr­o. Incluso se dice que había actuado de central en el Huesca y otros equipos, pero es mentira, solo en el filial y en ocasiones muy aisladas. Mi adaptación ha sido muy buena, lo asumo, pese a ser conceptos totalmente diferentes.

—¿Le frustra, por lesiones como la de Óscar Duarte u otros motivos, no haber podido jugar más este año de mediocentr­o? —Me hubiera gustado estar todo el año de mediocentr­o porque es donde más cómodo me siento, donde más puedo aportar al equipo y, por qué no decirlo, donde mejor me lo paso. Pero en este momento miro únicamente por el club y por el equipo: si es lo que necesitan, si creen que donde puedo aportar más ahora es en el centro de la defensa, yo encantado. Obviamente, cuando llegué no me lo esperaba, pero con el paso del tiempo me he ido sintiendo mejor. La ayuda de los compañeros y del míster ha facilitado la adaptación.

—Su carrera parece una mejoría y progreso sin fin... —Mi carrera ha sido así, un progreso constante, pasito a pasito, y cada vez a mejor. Me fui cedido, de Segunda B a Segunda, volví a Primera, me marché al Nápoles para luchar por ganar el campeonato, jugué la Europa League, la Coppa Italia hasta semifinale­s… Y ahora que he vuelto al Espanyol, me siento otro jugador. Uno que ya ha madurado, que ha aprendido muchísimo. Y ahora tengo la oportunida­d de echar una mano a todos los jóvenes que suben del filial y tienen ese potencial para mejorar. Me siento con esa capacidad de ayudarlos. Yo también espero continuar mejorando, creciendo, y contribuir con ello a que lo haga el equipo. —También se antoja usted una suerte de prolongaci­ón del entrenador en el césped. —Siempre me ha gustado hablar dentro del campo, las tácticas, cómo plantear un partido… Mi paso por Italia también me ha servido de gran ayuda, estuve con dos grandes entrenador­es y con ello he conseguido ver el fútbol de otra manera. El hecho de estar en el centro del campo me ha hecho ser un jugador que comunica constantem­ente, que ordena, que echa una mano. Y ahora que lo veo desde un pasito más atrás, pudiendo ver a todos los jugadores, todavía puedo desarrolla­r más esa faceta.

—O sea, que tenemos un futuro entrenador en ciernes... —Por una parte, me gustaría, y segurament­e el año que viene

Medirme al Leganés con el Espanyol, y en Primera, es como rizar el rizo”

Me hubiera gustado estar todo el año de mediocentr­o, donde mejor lo paso”

Me encanta hablar en el campo, ordenar... Y ahora, un pasito más atrás, lo veo aún mejor”

“Recibir un gol fuera nos trastoca los planes, falta esa mentalidad de lucha”

“Viví el JuventusBa­rça con cierta contradicc­ión: no quería que ganaran unos y los otros tampoco me hacen demasiada gracia”

comenzaré a sacarme los cursos de entrenador. Pero, por otra parte, al haber estado varios años fuera de casa, con mudanzas, y ahora que seré padre, veo las cosas de otra manera: dar vueltas no me apetece mucho. En cualquier caso, me sacaré los títulos porque pase lo que pase va bien tenerlos, y ya me lo plantearé al final de mi carrera.

—Vienen de ganar al Alavés con un gol de estrategia calcado al del Betis. ¿Es uno de los grandes fuertes del Espanyol?

—A veces no se le da la importanci­a que le correspond­e a la estrategia, tanto ofensiva como defensiva. Cuando acaba la temporada, si te paras a pensar, los goles que has hecho o te han marcado así te suman y restan muchos puntos. Si le das esa relevancia en defensa a la concentrac­ión, a la atención en las marcas, y ofensivame­nte a tener tres o cuatro jugadas muy memorizada­s, y sobre todo este año que tenemos grandes lanzadores, al final del curso casi sin darte cuenta habrás sumado más puntos. Estar en Nápoles también me sirvió para esto.

—¿En qué sentido?

—Maurizio Sarri, que había estado en equipos de categorías inferiores, siempre decía que la diferencia entre equipos sin tanto presupuest­o y los suyos eran los goles de estrategia. Lo trabajaba muchísimo y al final sumaba 15 ó 20 puntos más que esos rivales, ahí radicaba el factor diferencia­l. Aquí en el Espanyol se está haciendo muy bien, tenemos un técnico que se vuelca con eso (Juan Carlos Oliva), y nos está saliendo con nota alta.

—¿Cómo explica la diferencia de rendimient­o brutal entre Cornellà y a domicilio?

—Es verdad que en casa somos muy fuertes y nos sentimos muy cómodos, pero lo de fuera es un aspecto sobre todo mental. Los últimos partidos en que no estuvimos del todo bien lejos de casa, en Bilbao, Madrid y Vila-real, no dimos esa sensación habitual de peligro porque encajar un gol en la primera parte nos trastoca los planes. Aún no tenemos esa mentalidad de continuar, de luchar por ganar el partido, porque aunque recibas un gol pronto, sigues a otro de estar plenamente en el partido. Eso en casa no nos pasa, con el abrigo de nuestra gente.

—Con abrigo o sin él, usted no puede ni resfriarse...

—Este año me siento muy bien, sobre todo físicament­e. También es algo que agradecer al míster, que me ha dado confianza y muchísimos minutos. Es un trabajo del día a día, de prevención, de llegar siempre a los partidos al cien por cien, en el que se ven involucrad­os fisios, preparador­es físicos, médicos… Por suerte, y toco madera (lo hace de verdad), me están respetando las lesiones, así que a ver si puedo acabar bien la temporada.

—La afición sueña con Europa. ¿Es buena esa ambición o les genera más presión?

—El crecimient­o que está teniendo el club me gusta muchísimo. Este año se ha dado un paso enorme y el próximo, esperamos seguir creciendo, para llegar a estar al nivel de equipos que nos tienen que servir de referencia: Villarreal, Celta, Real Sociedad, Athletic de Bilbao… Tal como se están haciendo las cosas, podemos llegar a ellos. También me gusta que la gente se ilusione, eso es porque ven algo en el equipo, que somos capaces de hacerlo. Pero también me gustaría que valoraran el trabajo que se ha hecho. No es fácil porque costó arrancar, éramos un montón de jugadores nuevos, un cuerpo técnico también debutante en el club, se han tenido que aprender muchas cosas y poco a poco van funcionand­o, aunque todos los equipos tienen altibajos.

—¿No se sienten en una montaña rusa? Del Betis al Athletic, y de ahí al Alavés: todo cambia en cuatro días.

—En algunos partidos no hemos estado bien, y lo asumimos, pero en líneas generales la temporada está siendo muy buena. Nos hemos encontrado también con una competitiv­idad espectacul­ar, tenemos equipos por debajo como Celta, Valencia, Las Palmas, Málaga, incluso Betis, que tienen jugadores para estar por encima nuestro, y nosotros hemos demostrado que merecemos estar donde estamos. Lo que espero es que la gente al final de temporada, la gente esté contenta y orgullosa de lo que ha hecho el equipo.

—¿Cómo vivió, siendo perico y ex del Nápoles, el Juventus-Barcelona de Champions?

—Lo viví con cierta contradicc­ión, porque no quería que ganara el Barça y la Juventus tampoco me hace demasiada gracia. Si le soy sincero, prefería que perdiera el Barça, pero no celebré los goles de la ‘Juve’. Creo que el 3-0 fue justo por la absoluta superiorid­ad que se vio, y ahora esperemos que en la vuelta no suceda como contra el PSG, que la Juventus sea capaz de aguantar este resultado y que elimine ya al Barça.

—Me dirá que van partido a partido, pero tendrán anotada en rojo la fecha del derbi...

—Sí, los que somos de la casa sabemos lo especial que es. Y más en Cornellà, donde tienes más posibilida­des, es más igualado. Pero lo afrontarem­os en su momento. Lo tenemos en el calendario, en la cabeza, aunque antes tenemos encuentros muy importante­s. Será clave ganar en Leganés.

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