Jordi Mboula quiere jugar la final y ser el máximo goleador
Suma siete tantos, como Berisha
Gabri, técnico del Barça, lo tiene claro: “Llegamos en un buen momento a la fase final”. Dominador de su grupo en el campeonato doméstico y con una idea de juego más que concebida e interpretada a la perfección, el Barça quiere el segundo título continental después de que en 2014 Munir y compañía barriesen en la final al Benfica.
Los culés llegan tras eliminar en las rondas de octavos y cuartos al Dortmund (4-1) y Oporto (2-1). En los dos choques, Jordi Mboula, pretendido por el Benfica (sabe que el jugador no acaba de renovar con los azulgrana) anotó y colaboró de manera directa a que los azulgrana accediesen a las semifinales.
El Salzburgo puede sonar a equipo flojo, pero los austríacos saben lo que hacen. También tienen un martillo albanés llamado Mergim Berisha que golpea con violencia la pelota y que comparte con Mboula el honor de ser ahora los máximos anotadores con siete tantos cada uno.
Los culés son el único equipo que acude sin futbolistas nacidos en 1997. No se agarran a esa facilidad que le otorga la UEFA. De esta manera Gabri pretende que sus futbolistas aprendan a sufrir. Si se gana, sensacional. Si no puede ser, cabeza alta y a centrarse en lo que queda por delante, que no es poco. Confían los culés en que La Masía vuelva a ser quien gobierne en Europa.