Sampaoli da una cifra en medio de su lío: 75 puntos
El Sevilla, obligado a ganar a un Granada casi en ruinas
En una extraña huida hacia delante y en medio de explicaciones un tanto contradictorias sobre su futuro, Sampaoli al menos hizo bien ayer en ponerle una meta al Sevilla ahora que el equipo parece algo desorientado y metido en un valle melancólico. El objetivo es rebasar la barrera de los 75 puntos, lo que garantizaría que el Villarreal, inmediato seguidor, ya no podría alcanzarle matemáticamente. También significaría que la tercera plaza es posible. Entre tanto embrollo sobre el futuro del técnico, al menos hay una meta común y el Sevilla se ve en condiciones de hacerlo. En Valencia evidenció síntomas de recuperación después de la crisis galopante de marzo.
En Granada también hay ruido en el banquillo. Tony Adams anunció que llegaba para patear el trasero de sus jugadores pero quien le pateó a él fue el Celta de Berizzo, que evidenció las consecuencias de la pésima planificación de un equipo que alinea con frecuencia equipos de once nacionalidades distintas. Un ejercicio de equilibrismo que por fuerza tenía que salir mal. Adams, que aterrizó en Granada poco menos que como aprendiz porque, se suponía, estaba tomando apuntes para ser el futuro entrenador del club inglés que planea comprar la propiedad china del Granada, resultó ser un hombre leal a Jiang Lizhang que se ha colocado en el banquillo para las últimas siete jornadas del campeonato. Luego ya veremos.
Con Vitolo de nuevo de baja por lesión y Nasri y Rami, bajo mínimos, el Sevilla pone sus ojos en Correa, un joven que se está echando a la espalda el equipo en los últimos partidos; y en Jovetic, que le pone pimienta a un equipo algo soso los últimos dos meses. Al Granada, para colmo de males, le falta Wakaso, que ponía piernas, orgullo y corazón en el centro del campo.