¡Reto superado!
Éxito del ‘42 contra 1’ de AS Casado, figura de 1.500, hizo la primera posta Se remontó hasta llegar a Dida, el ganador
Crisis
La cabeza se fue en la Castellana, pero se recuperó
Héroes
Javier Sánchez fue el relevo final de 195 metros
Alas 11:10, el reto ya era hazaña. AS lo había logrado, su 42 contra 1 para la EDP Rock’n’Roll Maratón de Madrid: 42 amateurs cruzando la meta con la cabeza. El etíope Bonsa Dida, dorsal 10, ganador, rompió la cinta en 2h:10:16. El segundo fue AS, 2h:10:21’. Javier Sánchez, químico, corría los últimos 195 metros y en sus piernas llevaba el esfuerzo de otros 42. Aquellos que en los kilómetros anteriores arañaron segundos al crono, dejándose la vida. AS había convertido la maratón, la prueba más dura del atletismo, en deporte de equipo.
Durante mucho pareció que no se lograría. Arturo Casado, campeón de 1.500, hizo la posta 1, Juanma Bellón la 2, Jorge Benito la 3. La Castellana era una cuesta arriba. Fue lo más duro. Lo que vino tras el 4 (Jesús Berruguete), el 5 (Pepo Fuente) y 6 (David Pajarero). Se oía el helicóptero, pero no sobre sus cabezas. No se veía el coche con la marca, las piernas de los corredores de cabeza. “Pensé que mi relevo se había pasado: la cabeza se había ido hace mucho...”, cuenta Rubén Mediavilla, kilómetro 7. A su paso, los aplausos daban aliento en las aceras. “Son los del relevo. Vamooos”, decían.
En el 9, Álvaro Pinel, gestor, comenzó a volar sobre sus Adidas. El coche empezó a asomar. En el 17, cuando José Luis Guerrero giró hacia Santa Engracia estaba más cerca. Las liebres de AS eran dorsales que se iban quedando atrás. El 14, el 21. Cuando la carrera estaba en Bailén, kilómetro 20, Daniel Manzano, uno de los benjamines del reto, se asomó a mirar. “No lo hacemos”. Lo vio lejos. A él le tocaba del 38 al 39: debía volver a Castellana, prepararse para correr a morir.
Entonces llegó la Casa de Campo y la remontada. Los relevistas de AS corrían a 27 kilómetros hora. Los marcaba el contador de mi Orbea Katu, a rueda de la Keram de Juan Mora que, pegado a ellos, marcaba el ritmo. “¡Tú puedes!”. A Carlos Figueroa casi ni falta le hizo: iba a 2:51, sin romper a sudar. Odontólogo, llegó a los 30 kilómetros hora. Javier Renta, ingeniero, continuó la remontada. La voz de su hermana, Begoña, en bici y una Go-pro en la cabeza se unió a la de Mora. “¡Vamos!”. El aleteo del helicóptero estaba encima.
La cabeza, ahí. No escaparía.
Mateo Blázquez, el futbolista del reto, corrió, casualidad, con el Calderón de fondo. Por delante ya sólo tres atletas. AS lo había logrado. Zapateando un Madrid vacío de tubos de escape, sólo lleno de Adidas, Nike, Asics. La referencia era un dorsal, ese 10.
Cuando la posta llegó a Daniel Manzano ya no podía pensar que no se lograría. Pasó Bonsa Dida y echó a correr. Sus compañeros habían remontado. Lo iban a lograr. Quedaban cuatro kilómetros. Su final lo marcó una pancarta: “Felicidades Flacucho”. Ayer cumplía 17. Menudo regalo.
El kilómetro 42 fue de Juan de la Cruz de la Blanca, liebre de AS en los tests de selección, cuando este reto era idea y ninguno de los 43 que ayer por la mañana eran equipo se conocía. Entró al Retiro con la posta en alto mientras el público gritaba: “Lo han logrado”. Por delante sólo ese 10 que cruzó la meta en 2h:10:16’. AS lo haría cinco segundos después, en las piernas de Javier Sánchez. Él sintió la “explosión de alegría” de cruzar la meta por él y todos sus compañeros, el segundo. VA-LI-EN-TES. Lo lograsteis. Y casi sin toser.