Algunos hombres buenos
Perarnau empieza a mover ficha y en consecuencia se empiezan a cubrir las vacantes que quedaban libres en el organigrama. Se recurre para ello a hombres de la casa, lo que no deja de ser una buena noticia, ahora que todo el mundo presume de ADN. Pero además en el caso de Álex García se repara una injusticia histórica, por lo que tuvo que soportar cuando ocupó brevísimamente el mismo cargo bajo la presión de un Germán de la Cruz desatado y colérico. Tras no pocos desplantes, Álex entendió que no podía seguir en esas condiciones, renunció al cargo y discretamente volvió a ocupar su puesto en la Escola del club. Pocas personas hay en la entidad blanquiazul capaces de atender con amabilidad extrema a cualquiera en las circunstancias más adversas, especialmente a uno de los elementos que más erosionan en el ámbito del fútbol base: los padres.
En el currículum de Álex no figurarán jamás las mil broncas que habrá soportado de propios y extraños para llevar adelante año tras año, y no siempre con la comprensión y la connivencia de los rectores del club, la Escola, un proyecto que lleva su sello y que permite que muchos niños luzcan en su pecho el escudo del club. Los que nunca serán cracks, pero que hay que tratar como si fueran a serlo, a ellos y a sus familias. Álex lo hace, porque es, como dice en sus versos Machado, “en el buen sentido de la palabra, bueno”. Estoy seguro de que junto a Fran Navarro van a realizar un gran trabajo, pero por encima de todo, me gusta que en puestos importantes del club haya buenas personas.