De empresario modelo a recluso de la Modelo
Vilá Reyes estuvo preso en la recién clausurada cárcel
Cerraba sus puertas esta pasada semana la Modelo, tras 113 años de una historia que incluye un pasaje relacionado con el Espanyol, y muy íntimamente ligado a las intrigas palaciegas del tardofranquismo, que acabó por afectar directamente, como cabeza de turco, al presidente perico del momento: Juan Vilá Reyes.
En 1969, Vilá Reyes llevaba dos años al frente del Espanyol, tras haber llegado a la directiva en 1962 y a la vicepresidencia en 1963. Su pretensión era la de modernizar el club, hacerlo grande, y para ello se ocupó, primero, de los fichajes de Ladislao Kubala y de Alfredo di Stéfano; después, de juntar a los Cinco Delfines: Amas, Marcial, Ré, Rodilla y José María; y, finalmente,
de firmar a Lico y Glaría. También en el área social pensó a lo grande. Trasladó, por ejemplo, la sede social de la calle
Córcega a un dúplex en Urgell. E incluso le intentó comprar el estadio de Les Corts a su homólogo en el Barcelona, Enric Llaudet.
Y ese mismo 1969, concretamente en abril, había sido el protagonista del exitoso programa televisivo (total, sólo había dos canales) ‘Esta es
su vida’, donde se le glosaba como personaje de éxito y, especialmente, empresario modelo. Pero todo se derrumbó aquel verano.
En lo deportivo, descendió el Espanyol, que con tanto fichaje de relumbrón acumulaba 150 millones de pesetas de deuda (900.000 euros). Y en la deriva tanto profesional como personal, Vilá Reyes fue detenido en su domicilio el 28 de junio por administrar fraudulentamente créditos oficiales concedidos por el régimen para exportaciones. Lo que se conoció como el ‘caso Matesa’ obedecía al nombre de la empresa de telares de la que él era máximo accionista: el acrónimo de
Maquinaria Textil del Norte de España, S. A.
Pronto tuvo que dimitir como presidente. Y, enfermo, mientras que el resto de encausados ingresaban en prisión el 9 de agosto, él era “detenido en una clínica de Barcelona”, como recogía ABC. Pero su convalecencia no le evitaría acabar ingresando en la Modelo. El libro ‘La Model de
Barcelona: històries de la presó’, refleja cómo el 23 de agosto “una ambulancia, custodiada por la policía”, le condujo “desde su casa de Sant Vicenç de
Montalt” al centro penitenciaria. 244 llamadas recibiría en poco tiempo, según se explicó en ‘Ibérica: por la libertad’.
Allí pasó tres meses, en la enfermería, según la obra ‘Las familias más poderosas de
España’. Y en la Modelo también recibió la noticia del nacimiento de su sexto hijo. El 4 de diciembre, fue trasladado. Y entre Carabanchel y Pamplona acabaría cumpliendo seis años, siempre en prisión preventiva, antes de ser condenado en 1975 y aministiado por Juan Carlos I.
Precisamente la elección del futuro rey como sucesor de
Franco estuvo en la trastienda del ‘caso Matesa’, que se convirtió en el mayor escándalo visible del franquismo, pero más a nivel político que económico. Vilá Reyes fue el chivo expiatorio de una lucha intestina. Fraga y los llamados azules, de los que era la cara visible, utilizaron al presidente del Espanyol en una campaña de desprestigio hacia los tecnócratas, encabezados por Carrero Blanco, que precisamente abogaron por la designación del monarca tras la muerte del dictador.
Así fue cómo la Modelo alojó a un presidente del Espanyol en sus vetustas paredes, que también vieron pasar a Lluís Companys, Salvador Puig Antich, Antonio de la Rosa o al Vaquilla, entre muchísimos otros.
Espanyol
Fichó a Di Stéfano, reunió a los Delfines e intentó comprar Les Corts
Matesa
Se convirtió en el chivo expiatorio del mayor escándalo visible del franquismo