Mucho está en nuestras manos...
S implificar una cuestión de la trascendencia de la seguridad vial sería un error garrafal. Lo que hay en juego es tan importante como vidas humanas, así que caer en análisis carentes de la profundidad y el conocimiento necesarios es algo que se debe evitar a toda costa. Las perspectivas sobre la cuestión son tantas como variadas, por lo que buscar el consenso al respecto se antoja como una misión imposible. Por supuesto que es inadmisible achacar al conductor toda la responsabilidad de la siniestralidad en las carreteras, porque son otros muchos los factores que a menudo concurren cuando se produce un accidente. El estado de la red viaria española es lamentable y la renovación del parque móvil sigue estando muy por debajo de lo deseable, así que queda mucho e importante por resolver. E n todo caso, llegando a esta época vacacional en la que millones de españoles nos pondremos al volante, sí que creo que es valioso recordar un detalle que a menudo pasa desapercibido para muchos: cuidar todo aquello que esté en nuestras manos para evitar un incidente, atender sin excusas a lo que depende de nosotros como automovilistas. No es razonable depositar nuestra propia seguridad exclusivamente en manos de otros; sí sabemos que hay socavones en el asfalto, que no todos los conductores respetan las normas, que circulan vehículos peligrosos... esmerémonos en paliar en lo posible estas carencias que nos son ajenas. Precisamente porque hay tanto que falla tenemos la obligación de ser incluso más prudentes, más racionales, más civilizados. Seguro que nos ayudará...