Mejor decepción que engaño

No me gusta el fichaje de Granero, lo digo desde el primer día esperando que los hechos me lleven la contraria. Pero a priori no acabo de entender cómo un descarte de la Real Sociedad nos va a ayudar precisamente a cubrir la diferencia entre el Espanyol y el conjunto ‘txuri-urdin’, teóricamente un rival directo. Ni cómo un jugador intermitente que ya viene de vuelta nos va a proveer de la dosis de fútbol que nos falta. Y por encima de todo, me intranquiliza que el míster vuelva a ser el inspirador de los fichajes del equipo. No puede ser. No es solamente que los nombres que sugirió el año pasado no hayan funcionado, que también, sino que no es coherente que cuando decimos que queremos reforzar la parcela deportiva los fichajes los haga el entrenador, como si estuviésemos en los 80.

Pero además, Granero no es un fichaje ilusionante. Aún menos sabiendo que llega después de haber negociado para su misma demarcación con tipos como Banega y Borja Valero. Sí que es, por el contrario, un fichaje coherente con la situación económica de la entidad, mucho más que haber ido a buscar a jugadores a los que no podemos pagar. Hay que empezar a ser claros con la gente, rebajar expectativas y explicar a qué tipo de jugadores podemos acceder. No tengan miedo: es mejor una decepción a tiempo que empezar la temporada con la sensación de haber sido engañados.