Ona Carbonell abre unos Mundiales nostálgicos
España aspira en Budapest a superar el botín de Kazán
Junto al castillo de Vajdahunyad, en el Parque de la Ciudad de Budapest, arrancan hoy los Mundiales de la nostalgia por la ausencia nuevamente (y ya para siempre) de Michael Phelps y de Natalia Ischenko, dos grandes de la natación y de la sincronizada. Su sombra eclipsa una competición post olímpica, siempre decaída menos para aquellos nadadores que no entienden de años sabáticos, entre los que se encuentran la española Mireia Belmonte, la estadounidense Katie Ledecky o la heroína local Katinka Hosszu.
Pero para eso habrá que esperar una semana. Los saltos y, en especial, la sincronizada abren el calendario, al que luego se sumará el waterpolo. Ona Carbonell, que lleva desde el domingo en la ciudad europea del agua, cuenta las horas para serpentear por esa espectacular piscina descubierta y conseguir una medalla por sexto Mundial consecutivo. “Llevo cinco Campeonatos del Mundo y en todos con medallas. No pienso en lo que llevo ni en lo que me queda. Carpe Diem. Quiero competir al máximo”, comentó para AS la deportista.
La capitana, a sus 27 años, comenzará con las eliminatorias de la prueba de solo técnico (11:00) y de dúo técnico (16:00). Paula Ramírez le acompañará en su primera experiencia mundialista: ambas han demostrado tener una química especial en los torneos previos.
El ‘solo’ de Ona. Pero las opciones de medalla se ciñen exclusivamente y salvo sorpresa a la Ona Carbonell solista, que lleva dos Mundiales en el podio. “Es un solo más enlazado y con más amplitud, una rutina que me gusta con movimientos especiales. Representa una serpiente que se desplaza, cuenta con mucha dificultad y un componente artístico que parece un solo libre”, explica.
Por detrás teóricamente de Rusia y China, Ona peleará con la ucraniana Voloshyna y la japonesa Inui por el bronce, aunque este año la diseñadora ha causado muy buena impresión con su coreografía atrevida y espectacular.
También a las 11:00 comenzarán su andadura en este Mundial los saltadores Nico García-Boissier y Alberto Arévalo en trampolín de un metro.
España espera superar en Budapest el botín obtenido en Kazán, donde solo se conquistaron tres medallas. Sin embargo, la baza de Mireia Belmonte (ausente en los Mundiales rusos en 2015) siempre desequilibra la balanza: ella aguarda para la segunda semana, con muchas opciones de podio.