Una hipoteca llamada ‘Felipao’

En el espacio de tres veranos, Caicedo ha sido protagonista de dos alegrones mayúsculos de la afición perica. El primero lo provocó al llegar, y el segundo cuando ha sonado que se iba. Lo que hay en medio es una historia de desamor de un tipo tan talentoso como indolente que no ha cuajado pese a que el Espanyol ha sido el club en el que mas tiempo ha logrado quedarse. Un trotamundos con el que el fútbol ha sido generosísimo para lo poco que él le ha devuelto.

Jugando cuatro ratitos en algunos clubes se ha hecho multimillonario. Al menos en esta ciudad ha echado raíces, por eso no querrá irse demasiado lejos. El futbolista que escoge un club de destino porque le queda cerca de casa hace una auténtica declaración de principios. Y de finales. El de su carrera, concretamente. A la historia de un proyecto de crack que ganó demasiadas cosas demasiado rápido, le quedan ya pocos episodios.

Hemos cargado las tintas con el sueldo de Felipao, pero el contrato que tiene no lo redacto él, sino nosotros. Fueron momentos de zozobra deportiva los que llevaron a un Chen que se sentaba por primera vez en el palco a firmarle el oro y el moro tras el último golazo del ecuatoriano. Las hipotecas hay que ir a firmarlas con la cabeza fría. Dicen que de todo se aprende, a ver si en este caso es verdad.