¡Por un segundo!
Landa roza el podio de Bardet Froome ganará hoy su cuarto Tour
Después de 3.437 kilómetros de competición y de 83 horas, 57 minutos y 37 segundos sobre la bicicleta, Landa no podrá subirse hoy al podio de los Campos Elíseos por ¡un segundo! La medición exacta: 0,77. Esa es la diferencia ínfima, un suspiro, que le separa de Bardet tras la crono de Marsella, que estableció el reparto final de la general. Froome ganará su cuarto Tour, como era previsible, y Urán le escoltará en el segundo escalón, a pesar del susto que sufrió contra una valla en el último kilómetro. Colombia no brilló con Quintana (12º), pero sí con Rigo, que ya acabó segundo en el Giro en 2013 y 2014. La etapa se la llevó Bodnar, también por ¡un segundo! a Kwiatkowski. Dos polacos. ¡La de cosas que caben en un segundo!
Landa lo tenía difícil, pero el deporte no se resuelve con estadísticas. Hay que competir. Salió a 1:07 de Urán, a 1:13 de Bardet y a 1:36 de Froome. Demasiada desventaja para 22,5 kilómetros, por mucho que estuvieran aliñados con la subida a Nuestra Señora de la Guarda (1,2 km con rampas al 10%). Froome y Urán son notables especialistas, aún lejos de su alcance, a pesar de sus evidentes mejoras contra el crono. Si acaso podría luchar contra Bardet, aunque se le había visto fuerte en los Alpes. Nada hacía pensar en un vuelco, hasta que las imágenes mostraron al líder del Ag2r con las piernas bloqueadas en el repecho. Los cronómetros se pusieron al rojo vivo. Agonía hasta la última pedalada.
Por la cabeza de Landa estarán circulando ahora muchos segundos de la carrera. Rápidos flashes que explican por qué ha perdido el podio. Sobre todo los que se dejó cuando el Sky le bajó de la fuga camino de Rousses. No le dejaron pujar por la etapa con Calmejane, ni abrir camino. También recordará su épica cabalgada junto a Contador por los Pirineos, cuando su propio equipo tiró para reducir diferencias. Son dos ejemplos, pero hubo más. A Landa se le ha frenado una y otra vez desde el coche. Ahora se entiende la declaración que hizo el día de descanso: “Vaya donde vaya quiero ser el líder”. Seguramente también habrá aprendido una lección: si fichas por el equipo del mejor ciclista del mundo, te debes al mejor ciclista del mundo.
Landa se clasificó 15º, a 51” del ganador. Sin embargo, no fue el primer español. “Ya que estoy aquí, habrá que apretar hasta el final”, había avisado Contador en una declaración marca de la casa, que también suena a despedida del Tour. Cumplió su palabra. En la subida iba en tiempos de los que entonces ya ocupaban las primeras plazas, Bodnar y Kwiatkowski. No pudo poner la guinda. Aun así, Contador acabó sexto, a 21”. Su actitud merece una ovación infinita. No ha ahorrado ni un miligramo. Lo mismo hasta esprinta hoy en París.
Sin triunfos.
España se irá del Tour sin ningún triunfo de etapa, como ya ocurrió recientemente en 2013 y 2014. El año pasado se salvó el honor el penúltimo día, con la exhibición de Ion Izagirre en Morzine. Al margen de Contador, esta vez la baza era Castroviejo, pero el campeón de Europa anda para pocos alardes y algo mustio en este cierre de carrera. Para colmo, se cayó nada más tomar la salida. Así se esfumó definitivamente la penúltima oportunidad para el ciclismo español. ¿La última? Un milagro en los Campos Elíseos. O que Landa gane la etapa y, de paso, se suba al podio. Ciencia ficción.