El dilema de Valverde
El contraataque del Madrid atormenta el plan del técnico azulgrana
Se presenta el Barcelona en el Bernabéu con el interrogante de cuál será su hoja de ruta para lograr un remontada dificilísima. Las transiciones letales en campo abierto del Real Madrid pueden condicionar el once de Valverde. Messi e Isco, protagonistas de la película ofensiva de los equipos.
Máximo riesgo. La inapelable victoria del Madrid en el Camp Nou arrincona al Barcelona a una posición vulnerable en el Bernabéu y a Valverde a una encrucijada. El factor diferencial de la superioridad futbolística blanca volvió a ser el contraataque, golazos aparte de Cristiano y Asensio. Si los azulgranas se descamisan, corren el peligro de sucumbir en el ida y vuelta madridista. Primera disyuntiva seria para Valverde. Desplegar un Barça más contenido o ir con todo en el frente ante la urgencias del resultado.
Pérdida y retroceso. Sufrió el Barcelona cada error en la entrega o centro impreciso (188 balones perdidos en el encuentro), especialmente durante el final del segundo tiempo. Se extravió en el repliegue, incapaz de dar una réplica adecuada a las aceleraciones blancas por un posicionamiento equivocado en el terreno de juego cuando disponía de la posesión (ver captura inferior). A Valverde le toca encajar el bloque defensivo con un posible esquema de tres centrales que rectifique los fallos de ubicación de los laterales.
La jaula de Messi. La marca personalizada de Kovacic al argentino todavía colea. La decisión de Zidane, concluyente para entender el marcador de la ida, anuló al ‘10’ azulgrana hasta que el físico del mediocentro croata resistió (minuto 68). No se espera que el Madrid emule la misma estrategia esta noche. Ni Modric ni Kroos están preparados para asumir un cometido de estas características y resultaría poco apropiado sacar a Casemiro de zona por la posible contingencia de que su ímpetu le traicionase en forma de faltas aparatosas. El Madrid pretenderá entonces ajustar la sujeción de Messi con un sistema de ayudas y reducción de espacios, y cabe recordar que fracasó en el Clásico liguero del mes de abril (2-3). Aquel día nadie ató en corto a Messi. Fabricó el argentino hasta diez ocasiones de gol y firmó un doblete determinante.
El impulso de Isco. En el 4-4-2 que la realidad impone en este Madrid no hay futbolista tan definitivo como Isco. La actuación del mediapunta malagueño en el Camp Nou habilitó las transiciones ofensivas blancas. Busquets asistió a su vigilancia demasiado solo y nunca acabó de anticipársele. Al Barça le corresponde enmendar esta circunstancia y al conjunto madridista buscar otra vez a Isco como enlace ideal entre el mediocampo y la delantera. Por ahí se puede decantar la Supercopa. Busquets contará previsiblemente con el apoyo de Sergi Roberto.
Ajetreo de Suárez. El equipo de Valverde necesita al mejor Messi y también al Luis Suárez más certero. No hubo rastro de su capacidad de finalización el domingo, equivocado en casi todas sus intervenciones. Varane y Sergio Ramos controlaron aseadamente al uruguayo a excepción de sus desmarques en desplazamientos de media distancia. Hasta Ter Stegen le buscó en los saques de puerta previos movimientos de distracción de Luis Suárez alejándose de la jugada para irrumpir por sorpresa.
Recursos secundarios. A nadie se le escapa la hegemonía de los teóricos suplentes del Madrid sobre los del Barcelona. Se volvió a reflejar en el encuentro de ida con la influencia capital de Cristiano, Asensio y Lucas Vázquez en los dos últimos goles. Un partido de largo recorrido como el que se intuye beneficiará, una vez más, a la amplitud de plantilla madridista en cualquiera de los escenarios que brinden una oportunidad al equipo azulgrana de poder remontar. Al amparo del Madrid podrán acudir sus meritorios.