El Espanyol de Rastar va del infierno al purgatorio
La autosuficiencia no carbura aún, lo que frustra el salto prometido
Tras más de 140 millones de euros invertidos y la liquidación en este 2017 de una deuda con la Agencia Tributaria que amenazaba con un descenso administrativo, es innegable que Rastar Group ha salvado al Espanyol. Pero su política de autosuficiencia al menos mientras termine el saneamiento deja al club en un limbo que a nivel deportivo difícilmente se traducirá en el retorno a Europa. Y menos en el acceso a la Champions en tres años, como se propuso Chen Yansheng a su llegada.
El Espanyol a día de hoy no es capaz por sí solo de generar más ingresos que gastos, de ahí que el límite salarial apenas aumente (ha pasado de 47 a 51 millones) y que, pese a haber recibido en traspasos (6’2 millones) más que lo invertido en fichajes (4’3), se antojen necesarias más salidas para completar la plantilla. Si a ello se le une un error de cálculo en la masa salarial tras las mejoras de contrato de los últimos meses, la autosuficiencia es una utopía. En mantener la base se han ido los recursos.
Rastar sigue con su plan, que sirvió para rescatar al Espanyol del infierno pero no para trasladarlo del purgatorio al cielo si no es a largo plazo. Al conglomerado, que en 2016 presentó un beneficio récord de 61’4 millones, no le afectan las políticas restrictivas chinas. Y está por ver si tampoco la caída de sus acciones en la Bolsa de Shenzhen, de 13’34 a 7’92 en un año.: un llamativo 40%.
El balance Llevan 6’2 millones en ingresos por ventas y 4’3 en fichajes