Sin Llull y con Navarro

La vida sin Sergio Llull será complicada.

También sin Juan Carlos Navarro. Pero ya se puede ir acostumbrando la Selección a una cosa y a la otra. Sin Llull, para el Eurobasket que se avecina. España disputó ayer en el Madrid Arena su primer partido desde que el balear se lesionara gravemente el pasado miércoles en Tenerife. No se puede mirar atrás. Y sin Navarro, para todo lo que venga después de ese Eurobasket, que ya ha anunciado como su último torneo internacional. El victorioso choque contra Venezuela unió ambos nombres. Por un lado, porque Sergio Scariolo, que calificó la baja de “traumática”, comenzó a mover sus piezas para suplir la ausencia del menorquín, que ha dejado descompensado al equipo. No hay sucesión natural, porque lo más parecido es Pau Ribas y también está en el parte de heridos.

Una buena fórmula para cubrir el hueco de Llull en ataque es que Navarro carbure. Madrid rindió anoche un emotivo tributo al capitán, porque según las cuentas de la Federación ha superado a Epi en internacionalidades, con 240. La FEB tiene una curiosa forma de sumar estos partidos: no hace falta ni jugar un segundo, basta con constar en acta. La semana anterior, ante

Túnez, ni pisó la cancha. Un despropósito. En un reciente informe publicado en AS, Mr. Chip plasmó esas lagunas. Pero al margen de este debate, cualquier homenaje que reciba Navarro se queda corto. La Bomba ha sido clave en la etapa de mayor gloria del baloncesto español. Desde los Júniors de Oro, hace 18 años, ha tirado del carro. Ahora le toca una última sinfonía. Según sus palabras: “Sin Llull, pero por Llull”.

“LA BOMBA’ HA SIDO CLAVE EN LA ETAPA DE MAYOR GLORIA DEL BALONCESTO...”