La conquista de la felicidad
Cornellà mide a un Espanyol que quiere dar el salto
Hace un año, el RCDE Stadium presenciaba el estreno del proyecto de Quique Sánchez Flores con ínfulas de equipo grande, después de un verano en el que la plantilla se sometió a un lavado de cara considerable con una inversión de 17 millones. Pero, con el paso de los partidos, el españolismo entendió que jugadores no es sinónimo de equipo. Este curso, la frase se invierte. Quique tiene por fin un equipo pero quizás le falta algún jugador para dar ese salto a Europa que se le reclama. Esa paradoja, un equilibrio milimétrico, es el que empezará a ponerse a prueba esta tarde ante el Leganés (18:15), tímido cartel, propio de un aletargado agosto.
No le valdrá al Espanyol con ser el mismo equipo que en Sevilla. El Leganés exige otra vestimenta. Deberá dejar Quique el abrigo en el armario y sacar el traje de verano para ver un Espanyol más alegre, atrevido, sin chaqueta. Marc Roca o José Manuel Jurado acompañarán a Javi Fuego en mediocampo, mientras que Hernán o Melendo podrían entrar por el costado derecho. Amplitud y profundidad al compás de Gerard Moreno, el hombre orquesta, la prenda que te sirve para cualquier época del año, clave para romper esa línea de cinco defensas de los madrileños.
El Leganés, como el Espanyol, repite plantilla y entrenador, una garantía en el fútbol del siglo XXI, donde los entrenadores se devoran al ritmo de las hamburguesas. Arropado con una defensa innovadora, como el Girona de Machín, los madrileños pondrán a prueba la variedad táctica del Espanyol. La única sorpresa del Leganés es la incursión de Tito por Omar Rcamos en el lateral derecho.
El primer duelo en Cornellà-El Prat debe ser el inicio de la conquista de la felicidad (brillante libro de Bertrand Rusell) que reclama Quique, que no piensa en otra cosa que en el Leganés. Una felicidad ilustrada en Leo Baptistao, un gigante de la samba futbolera, jugador que muestra el punto álgido con el que empieza el Espanyol el campeonato. Una tarde de estrenos, como el de Naldo, o de reestrenos, como el de Sergio García y Pau, y también (eso espera Quique) de sonrisas.
El partido
Gerard y Baptistao, armas para rebatir la muralla del Leganés