Un puzzle todavía incompleto
El arranque de Liga del Girona ha sido un chute de adrenalina para los aficionados, una ración de autoconfianza para los jugadores y ha dado algo de aire a la dirección deportiva. Las cosas se ven de otra manera con cuatro puntos y una inercia positiva pero los elogios y las buenas sensaciones no pueden tapar lo evidente; la plantilla del Girona es corta, especialmente en algunas posiciones clave. Jugando con tres centrales, parece temerario afrontar lo que viene con solo cinco efectivos en esta línea, y más teniendo en cuenta que una de estas piezas sirve para cubrir la ausencia de un pivote defensivo que pueda hacer o complementar el trabajo de Pere Pons.
Un carrilero diestro sería más que conveniente y también parece evidente que hace falta un delantero que pueda competir con Stuani y complementar a Kayode. Los jugadores en plantilla que podrían adaptarse a ese perfil son Marlos y Boulaya pero, por lo visto en el arranque, el primero cuenta poco para Machín y el segundo aún no ha conseguido entrar ni en una lista. Y con Douglas habrá que tener mucha paciencia. Con un discurso de guante blanco, Machín hace tiempo que pide un último esfuerzo para buscar jugadores de rendimiento contrastado más allá del talento joven que ofrece el City. Nada que no sepa Quique Cárcel, a quien imagino con un teléfono en cada oreja y disfrutando poco del parón.