Los cambios de Bordalás ponen en jaque a Unzué
Álvaro y Ángel, revulsivos, fabricaron el empate
Ni los resultados, ni el juego están respaldando a Juan Carlos Unzué. Y la paciencia de la parroquia celeste empieza a agotarse. Buena prueba de ello es que parte de la grada comenzó a silbar en el minuto seis de partido, después de un comienzo de partido bastante irregular. A partir de ese momento, quizás aupados por el sonido de viento, el Celta empezó a carburar de la mano de Tucu Hernández. El chi- leno, que por fin fue titular, demostró que debe ser indispensable en el sistema olívico. En una posición poco usual para él, de pivote, fue el guía celeste en ataque y en defensa. Dio sentido a la salida de balón, no falló en la entrega y robó un sinfín de pelotas.
La titularidad de Tucu no fue, sin embargo, la principal novedad en el once de Unzué. El protagonismo inicial se lo llevó Brais Méndez, quien debutó en Primera a sus veinte años. A pesar de la presión, no se arrugó y suyas fueran las primeras ocasiones locales. Quizás le faltó la sangre fría que acompaña a su talento, pero dejó muestras de un futuro muy prometedor. El canterano cedió el testigo del protagonismo a Maxi Gómez. Volvió a marcar el de siempre en la jugada de siempre. Balón al área, remate al primer toque y el cuero a la red. Tercer partido seguido anotando en Balaídos. El Getafe notó el golpe y durante la primera parte se vio sometido al ritmo del Celta. Sin embargo, los vigueses no mataron a su rival y Bordalás reaccionó a tiempo.
Los cambios del técnico al inicio del segundo acto supusieron un cambio radical en el choque. Molina empezó a encontrar más espacio, Ángel corría amenazante y Álvaro siempre retaba en la banda. Así, sobre la bocina, la doble A firmó el empate. Un centro milimétrico de Álvaro fue rematado por Ángel. El Getafe sigue invicto a domicilio y Unzué no termina de arrancar.