“Que me digan sucesor de Mireia es motivante” Hugo González
En Madrid falté tres días por exámenes. Dijeron que tomarían medidas”
Hugo González (Mallorca, 1999) logró cuatro medallas en el pasado Mundial júnior de EE UU. Ahora reside allí, junto a su técnico Sergi López. Y quiere consolidarse. ➥
Desde hace dos semanas reside, estudia y se entrena en Auburn (Estados Unidos) con Sergi López. ¿Qué le sedujo de él?
—La primera vez que hablamos no pensé que sería como es. Lo que más me gusta es que tiene las cosas claras y mucho conocimiento de este mundo. Detrás de tiempos y de marcas en una tabla, él ve nadadores, y antes que nadadores ve personas. No te va a dejar ir andando por los pasillos cabizbajo sin ayudarte y, una vez que eso se solucione, se preocupará de que nades bien. —¿Quizás eso le faltó este último año en el que las cosas no le fueron como esperaba en el Mundial absoluto?
—Fue la temporada más difícil que he tenido. Ya empezó rara estando enfermo el pasado septiembre y tomándome varios meses para empezar a entrenar de nuevo. Después tuve que centrarme sobre todo en los estudios de Bachillerato, que son muy importantes para el futuro. Lamentablemente, cada año las fechas de concentraciones y Campeonatos de España se fijan durante épocas de exámenes o justo semanas antes de los exámenes. Fui expulsado de una de las concentraciones por no respetar el horario de entrenamiento y usar ese tiempo para hacer los trabajos de clase.
—¿Y qué pasó?
—Al regresar a Madrid y después de tres días de ausencias en los entrenamientos, por los exámenes finales, el centro me avisó de que no podía faltar más, o si no, ‘se tomarían medidas’, por lo que acabé entrenando en el Canoe con muy buenas sensaciones para afrontar el final de la temporada, por lo que le estoy muy agradecido. El Mundial no salió como esperábamos. Una vez acabado Budapest, me incorporé a la concentración del equipo júnior bajo la tutela de Santi Veiga, con el que finalicé la preparación.
—Y allí sí se salió... (tres oros, una plata y un cuarto puesto). —La verdad es que me no me esperaba nadar tan rápido en Indianápolis. No estaba siendo una gran temporada, aunque sí es cierto que los últimos meses estaba entrenando bastante bien, por lo que salí de mi último Mundial Júnior sobre todo satisfecho por acabar bien la temporada y motivado de cara a la categoría absoluta. En el Mundial Júnior de Singapur 2015 no tenía la misma experiencia que en este. Aquí pude aplicar todas mis rutinas y la vez pasármelo bien con mis compañeros. —¿Por qué cuesta tanto trasladar estos éxitos júnior a absolutos?
—La principal diferencia es que ser campeón júnior en una prueba no te garantiza una medalla o una final en un campeonato absoluto. El nivel es mucho más alto y ahí es dónde voy a intentar llegar.
—¿Qué le parece que le digan que usted puede ser el sucesor de Mireia Belmonte?
—Se puede enfocar con presión o con motivación. En mi caso lo veo como una motivación para seguir. Está bien sentir que la gente te apoye, pero no hay que olvidar que hay muchos más nadadores que tienen mucho talento que seguro lo demostrarán. —¿Y qué le decían sus compañeros?
—Todos los compañeros del equipo estuvimos apoyándonos en cada prueba que nadábamos. Conseguir una medalla el segundo día no significaba acabar el Mundial, y aquellos que terminaban su participación los primeros días, continuaron madrugando para que no me sintiera solo, por lo que les estoy muy agradecido.
—Y ahora, en Auburn, estudiará ingeniería informática. ¿Qué le gusta de los ordenadores? —En realidad es que los ordenadores no me terminan de aburrir nunca, por eso escogí esta carrera (sonríe). Pero espero aprender muchas más cosas acerca de ellos.