Pólvora mojada... Por ahora
Una de las tendencias que ha cambiado esta temporada está siendo la efectividad. No es que el Espanyol de Quique se haya caracterizado nunca por ser un equipo extraordinariamente ofensivo, pero si algo tenía la escuadra en ataque era mucha pólvora, mortífera que diríamos, capaz de maximizar las pocas oportunidades que su estilo de repliegue le brindaba y convertir en un tesoro las llegadas al área rival. Prueba de ello se vivió el año pasado, donde Leganés, Betis, Alavés o Málaga, entre otros, fueron víctimas de esta mortífera combinación letal que resultaba encerrarse bien atrás sin dejar espacios y soltar uno o dos certeros zarpazos en ataque, especialmente en la segunda parte. Esta temporada, aunque exclusivamente llevamos nueve partidos, algo parece no funcionar en la misma sintonía.
Ante el Levante tuvimos una prueba plausible de lo que he relatado. Un Espanyol que, sin ejercer una extraordinaria superioridad ante el conjunto granota, llevó el peso del partido y tuvo ocasiones muy claras y más que suficientes —polémica arbitral al margen— para haberse llevado el rédito de los tres puntos, pero que sin embargo, al contrario de lo que sucedía antaño, demostró que este inicio de curso tiene la pólvora de la escopeta algo mojada. Esperemos que Baptistao, Gerard Moreno, Sergio García, Piatti y compañía vuelvan por esas estadísticas goleadoras del pasado, que nos aseguraron un buen número de puntos. Porque la defensa empieza a mostrar signos de solidez y ahora, con Darder dirigiendo la nave, le toca al ataque dar un paso adelante y volver a demostrar su alta infalibilidad.