AS (Catalunya)

El balón rueda entre las tinieblas

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Tras la pantalla. La noche de Tenerife se asemejó al mediodía en Barcelona y el Heliodoro Rodríguez López, al Parlament.

El apagón en el estadio insular levantó la rumorologí­a: se juega, se suspende, se pospone unos minutos... Hasta que, finalmente, rodó el balón. ¿Les suena? Es mejor tomarse con ironía lo que sucede a veces al otro lado de la pantalla, y más en estos tiempos serios. Y también cuando juega el Espanyol, que pasó del apagón a jugar entre tinieblas durante prácticame­nte 80 minutos. Un 0-0 peligroso el conseguido en la ida ante un Tenerife al que se le pone cara de Alcorcón. Deberán ofrecer otra imagen los de Quique para evitarlo cuando llegué el frío de noviembre.

La portería. Mala señal que Pau sea tu mejor jugador en la Liga y ahora Diego López empiece la Copa destacando. Eso significa que el Espanyol tiene dos buenos porteros pero que deben intervenir demasiado, por lo que algo no funciona bien en el tablero perico: ayer, sin ir más lejos, ni

David López pudo frenar los remates locales, superiores en el área. El gallego, en su primer partido desde el 19 de mayo en Granada, sacó dos manos salvadoras y un pie que recordó a los de Iker Casillas a lo largo de su carrera. Una sobriedad que salvó al Espanyol de un desliz en Tenerife.

Los exámenes. Diego superó la prueba y apenas dudó, pero hubo otros jugadores que

pagaron la falta de competitiv­idad. El buen temple de Naldo contrastó con la poca y desacertad­a participac­ión de Marc

Roca o Granero. Solitario Álvaro, alocado pero notable Hernán y Sergio García, como Melendo cuando salió. Pero fueron pequeñas individual­idades en un Espanyol que, como de costumbre, se atascó cuando tuvo que mover el balón, encontrar profundida­d... Nadie tira la puerta abajo, nadie se reivindica. Así es difícil que el técnico mueva el banquillo en la Liga.

Reacción. La Copa tiene estas cosas. Suele haber partidos sorprenden­tes menos cuando juega este académico Espanyol, que nunca se sale de su guión, que no llegó con un peligro evidente hasta el minuto 80 con un doble lanzamient­o de Álvaro y Aarón. Las salidas de Gerard y Melendo ayudaron a que el equipo controlase mejor un partido que ya estaba roto, que iba de área a área. El gol rondó en ambos costados, pero al final el partido estaba abocado al insulso 0-0. La plantilla. Un partido no puede suponer sentencias pero sí puede impartir lecciones, y la que se desprende de Tenerife es que la plantilla de 25 no supone una mejora con respecto al curso pasado. Tras consumirse un cuarto del campeonato, poca es la aportación de al menos un tercio del grupo, como se comprobó anoche. No solo es un asunto de jugadores, sino de ideas. Deben cambiar las cosas para que esta Copa sea duradera.

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