AS (Catalunya)

El Khimki le echa el lazo al Madrid: fin a la racha

Doncic falló un triple ganador ● Primera derrota tras diez triunfos

- RICARDO GONZÁLEZ

El Khimki, llamado a hacer cosas importante­s en esta Euroliga, acabó con la racha de diez victorias seguidas del Madrid. A los blancos les faltó energía tras dos semanas peleando con las bajas en su juego interior. Shved metió 20 puntos. Volvió Randolph.

Al Madrid le abandonó la chispa después de dos semanas luchando contra las bajas en su juego interior. Esa frescura ofensiva que le había aupado al liderato se esfumó por completo ( 19 pérdidas ayer). Le dominó el Khimki de Shved y de James Anderson, pero aun así Doncic lanzó un triple para poner uno arriba a su equipo a falta de 18 segundos. Falló y trató de desgarrar la camiseta con los dientes de pura impotencia. No fue su mejor noche, ni la de sus compañeros.

El Real había sobrevivid­o agarrado al rebote de ataque ( 14), sin embargo padeció atrás con un Ayón menos lozano. Reyes peleaba, igual que Maciulis y Radoncic, pero faltaban centímetro­s, los de Randolph, por ejemplo, que regresó aún sin ritmo y algo inseguro tras la lesión en el hombro derecho. El Khimki, que amenaza con cosas importante­s, le echó el lazo a los blancos: fin a la racha. Primera derrota tras diez victorias seguidas ( seis en la ACB y cuatro en la Euroliga).

La primera parte del Madrid no fue buena ( y la segunda, tampoco: solo ganó el parcial del último cuarto y por un punto). Mal en defensa e igual en ataque ( llegó a firmar 1 de 11 de tres). Le salvaron los últimos cuatro minutos, cuando con 12 abajo Doncic tomó los mandos y cambió la intensidad atrás. Bien Taylor. El parcial de 9- 0 devolvió la vida a los de Laso.

Enfrente, un Khimki con músculo y dinamita en ataque. Shved firmaba canastas imposibles, latigazos de clase dentro del equilibrio general. La movilidad de Anderson, Anthony Gill y Malcolm Thomas generaba espacios. Los ocho rebotes ofensivos madridista­s hinchaban las velas blancas. No había más combustibl­e. Randolph reaparecía entre ansioso e incómodo.

La cuarta falta de Anderson no resultó, como se intuía, un castigo para los de Bartzokas, sino un impulso. La incisiva defensa de Jenkins sobre Doncic neutralizó la pegada local: del 48- 47 al 48- 56. El Madrid abrió el portalón de las pérdidas y Gill firmó el mate de la noche en una cabalgada. Veíamos también los mejores momentos de un disperso Thomas Robinson.

Shved. Pese a la superiorid­ad rusa, el Madrid volvió a adelantars­e: 69- 68. Y entonces apareció Shved, primero para abrir brecha y luego para liderar como pollo sin cabeza los ataques finales. Capaz de ganar cualquier duelo en segundos y de perder los tres siguientes en el mismo lapso de tiempo. El Madrid caía por 71- 80 a falta de 3: 30. Shved empeoró sus porcentaje­s hasta dejar que Doncic tuviera un triple para ganar. Falto energía; no hubo rendición.

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Gasper Vidmar.
 ??  ?? METE MIEDO. Campazzo se lanza a por un balón y el banquillo madridista reacciona a su salto.
METE MIEDO. Campazzo se lanza a por un balón y el banquillo madridista reacciona a su salto.
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